- Columba Domínguez, uno de los rostros más emblemáticos de la Época de Oro, amó y padeció al director de cine.
IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad de México
“Me voy a casar contigo”, ésas fueron las primeras palabras que Emilio “El Indio” Fernández le dijo a Columba cuando la conoció.
Columba Domínguez, uno de los rostros más emblemáticos de la Época de Oro, amó y padeció al director de cine, con quien, además de compartir éxitos en la pantalla grande, vivió la pérdida de Jacaranda, la hija que tuvieron.
Columba nació en Guaymas Sonora en 1929, sus bellos rasgos mexicanos llamaron la atención de Emilio Fernández desde que la conoció en una boda; Emilio se convertiría en su mentor artístico y en el gran amor de su vida.
Las primeras actuaciones de Columba fueron como extra en cintas como “La Perla” (1945) y “Río Escondido” (1947), fue su actuación antagónica junto a María Félix en “Maclovia” (1948) la que le valdría los elogios de la crítica y la llevaría a protagonizar la mejor de sus películas “Pueblerina” (1948) de la mano de Emilio Fernández como director.
Su actuación con Dolores del Río en “La Malquerida” (1949) fue otra de sus inolvidables interpretaciones, donde doña Raymunda (Dolores del Río) y su hija Acacia (Columba Domínguez) se disputaron el amor de Esteban (Pedro Armendáriz), la cinta también fue dirigida por “El Indio” Fernández.
Más allá de la mancuerna laboral entre Columba y Emilio, ambos actores vivieron su propia historia de amor, del fruto de este sentimiento nació Jacaranda, única hija de la pareja.
Jacaranda nació en 1953, para entonces, las versiones de infidelidades cometidas por Emilio Fernández provocaron que Columba lo abandonara y lo dejara viviendo en su fortaleza de Coyoacán con Adela, la hija que el actor había tenido años atrás con la cubana Gladys Fernández.
Jacaranda incursionó en la actuación en 1977, en la película “La hija del gallero”, junto a su madre Columba y Antonio Aguilar.
En 1978, cuando Jacaranda tenía 25 años, Columba vivió la peor experiencia de su vida, la inesperada muerte de su hija, suceso que fue calificado por algunos como un suicidio, por otros como un accidente e incluso para Columba como un asesinato.
El 21 de noviembre de 1978, Jacaranda organizó una fiesta en su apartamento ubicado en la Colonia Cuauhtémoc, según testigos, la joven cayó del balcón ubicado en el tercer piso y murió de manera instantánea.
Versiones periodísticas apuntaron que se trató de un suicidio, los asistentes a la fiesta afirmaron que, segundos antes de su caída, tuvo una fuerte discusión con su amiga y compañera de apartamento, Lidia Suárez.
Su madre Columba y su media hermana Adela siempre negaron la versión de un suicidio. “Imposible que mi hija negara la vida”, afirmó Columba en la última entrevista que ofreció a Televisión Azteca.
Según versiones del Ministerio Público, Lidia pudo haber empujado a Jacaranda en un intento por controlarla, invitados de la fiesta contradijeron esa versión y afirmaron que Jacaranda se asomó al balcón en un intento por ignorar a su amiga, pero su embriaguez la hizo trastabillar y caer al vacío. Jacaranda fue sepultada en el Panteón Jardín el 24 de noviembre de 1978.
A pesar de estar separada de Emilio Fernández, Columba estuvo con el director cinematográfico hasta el final, cuando éste sufrió una caída que le ocasionó fracturas en la mano y la cadera en junio de 1986.
En agosto de ese mismo año, “El Indio” Fernández falleció de un paro cardiovascular, desde entonces, Columba y Adela se disputaron la famosa casa de Emilio; finalmente, la habitó Adela hasta 2013, año en que murió.
A pesar de todo, Columba siempre defendió la imagen de Emilio y el amor que se tuvieron, así fue hasta que el 23 de agosto de 2014 Columba falleció a consecuencia de un infarto. Sus restos reposan en el Panteón Mausoleos del Ángel, cerca de donde están los de su único amor, Emilio Fernández.