IMPUSO/ Luis Miguel Loaiza Tavera
Independientemente de los altos índices delictivos en Coacalco, al antes mal llamado “Cloacalco”, lo han rebautizado como el municipio de la 4T (los cuatro tranzas) debido a que se ha hecho público el mal manejo del ayuntamiento y los excesos y tropelías de sus flamantes directores.
De manera muy valiente, la décimo tercer regidora denunció en base a un árdua investigación el modus operandi del subtesorero quien de manera frecuente sustrae dinero de las arcas municipales para engrosar sus bolsillos y los de su jefa política.
Pero en la denuncia presentada ante cabildo por la regidora Yadira Mayali Cruz Ramírez se evidenciaron algunas cosas, como la nula autoridad del cabildo, la manera tan grotesca de solapar a un funcionario y el ser solo levanta dedos del presidente.
La edil coacalquense solicitó un punto de acuerdo para que se intervenga mediante una auditoría el manejo de los recursos públicos y pareció que le habló al viento pues ni sus propios compañeros le apoyaron y mucho menos el titular del ejecutivo local, por lo que se presume que el famoso grupo Tlalne-Izcalli seguirá robando a los habitantes de Coacalco sin que autoridad alguna intervenga, pero el peligro no es solo administrativo o político, sino que la gente de Coacalco en cualquier momento puede reaccionar para defender su dinero y las cosas se pondrán feas para el primero gobierno morenista.
Jessica Vega, la secretaria particular y mandamás de la administración ya tiene la experiencia necesaria para evitar problemas legales, pues la muy inteligente forma de actuar de la presidenta (del grupo mencionado) no permite rastrear los presuntos ilícitos y de presentarse algún problema recaerá en otras personas y no en ella.
Es digno de alabar la sangre fría para no reaccionar ante lo evidente por parte del alcalde Darwin Eslava, pero es más de reconocer el valor que tienen ante una inminente investigación por parte del Osfem.
En fín que son su pan se lo coman mientras la gente los aguanta, pues no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Por cierto es un tanto absurdo que el gobierno de Coacalco emitiera un boletín oficial anunciando disminución de delitos en todos los rubros pues la población, que es la que padece la inseguridad, no lo creerá ni aunque lo publiquen todos los diarios y redes sociales, más bien pareciera una burla a la inteligencia de la ciudadanía.
Escudan sus cifras en un comparativo con el año próximo pasado, es decir si en abril de 2018 hubo 100 asesinados ahora ya solo son 95, qué éxito.
Al go que sí hay que reconocer al actual gobierno es que lograrán evitar que muchos de los juicios por despido injustificado y que se convirtieron en laudos pudieran convertirse en un motivo para pedir su destitución como aconteció a su antecesor y amigo Erwin Castelán, pero no todos están resueltos, pues hay por allí algunos que podrían acudir a la máxima instancia para desatorar sus pagos en juicios ya ganado y que el gobierno de Coacalco e ha negado a acatar la resolución.
Problemas fuertes le esperan al alcalde Darwin Eslava mientras siga protegiendo al grupo de arribistas que ya hicieron de las suyas en Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, lo único que habrá que esperar es que no cometan un error más porque podría ser la gota que derrame el vaso.