IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La Compañía Nacional de Danza (CND) guardó los tutús en el armario, metió al cajón a las hadas y a los príncipes y, por primera vez, ha salido al escenario a interpretar la naturaleza humana con todos sus claroscuros.
Con el estreno en México este sábado en el Palacio de Bellas Artes del ballet Manon de Kenneth MacMillan con música de Massenet, ha sido posible llevar a escena lo impensable: pobreza, violencia, asesinato, prostitución, violación, ambición, decadencia, cobardía e incluso amor.
Además, Manon ha sido una gran revelación no sólo en términos artísticos, también por su producción escenográfica y de vestuario. Y, sobre todo, por sus intérpretes. En sus filas hay jóvenes como Greta Elizondo y Sebastian Vinet que están refrescando a la agrupación y hay figuras de peso como Agustina Galizzi y Érick Rodríguez.
La Manon de MacMillan propone esencialmente contar una historia y contarla, además, sin pirotecnia porque no son necesarios los saltos ni las piruetas; lo que exige este ballet son artistas capaces de recrear durante tres actos una ciudad azotada por la miseria, en donde es posible que la hambruna coexista con los privilegios de unos cuantos; con casas de prostitucion y caballeros dispuestos a vender, incluso, a sus hermanas.
El ballet está basada en la novela del siglo XVIII L’Histoire du chevalier Des Grieux et de Manon Lescaut del Abate Prévost y recrea la sociedad de París y Nueva Orleans del siglo XVIII. Y fue estrenada en 1974 por The Royal Ballet. Hace 40 años fue una polémica producción por la crudeza de sus escenas y por tratarse, en esencia, de una prostituta y su enamorado.
Esta producción escenográfica y de vestuario del Teatro Municipal de Santiago de Chile, que contó con la supervisión personal de los coreógrafos repositores que vinieron ex profeso a México desde el Reino Unido: Karl Burnett y Patricia Ruanne; tendrá tres elencos.
El primero estuvo encabezado por los solistas Greta Elizondo y Sebastián Vinet. La originaria de Monterrey ha ofrecido una convincente Manon con registros emocionales opuestos y desgarradores: el amor juvenil, la sensualidad y entrega, la altivez y el dolor ante la desgracia inminente. Mientras que el joven chileno como Des Grieux ha sido un partner sólido y entrañable.
Destaca también el primer bailarín Erick Rodríguez como Lescaut y la primera bailarina Agustina Galizzi como la amante.
En Manon son muchas las escenas memorables, el pas de deux con el que Manon y Des Grieux consuman su amor; pero destaca una por su crudeza y porque rompe por completo con la tradición conservadora del ballet que se hace en México: la violación, interpretada por Elizondo y por otro destacado miembro de la CND, Roberto Rodríguez.
Si con este montaje la CND ha cruzado los límites autoimpuestos durante todas sus anteriores direcciones artísticas, ahora la compañía tendrá no sólo que seguir en esta línea, sino también sumar más repertorio contemporáneo que la siga retando.
Otro más de los aciertos de esta temporada es contar con la participación de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, bajo la dirección de su concertador titular, Srba Dinic, que ha ofrecido una limpia ejecución de la obra de Massenet.
Desaciertos también se desarrollaron en este estreno, como un primer acto forzado en las escenas de los mendigos y dos resbalones.
Las siguientes funciones alternan Elizondo, Ana Elisa Mena y Agustina Galizzi como Manon; Vinet y Gerardo Wyss como Des Grieux. La temporada tendrá funciones el 18, 20, 22 y 24 de junio.