IMPULSO/Agencia SUN
Quintana Roo
Días antes, Stanley Clarke dijo que el jazz es como un Ferrari, un coche que no todos pueden tener ni gustar; también dijo que el bajo era lo suficiente para llevar la batuta de una banda; además dijo que las nuevas generaciones también pueden disfrutar del género.
Su dicho se convirtió en realidad. El sábado por la noche, el músico sorprendió a los amantes del jazz, compartió el escenario con músicos jóvenes y dejó que sus dedos se encargaran de hacer oír el bajo y el contrabajo.
Clarke es uno de esos pioneros del jazz, de esos músicos que aún están vivos, porque a decir del mismo músico, “los mejores del género ya están muertos”.
Los visitantes al Hotel Grand Oasis llegaron para enmudecer y después reaccionar con aplausos al arte de Clarke y con ello, al cierre de la séptima edición del Oasis Jazz U Festival, la noche del sábado.
En la tarima, él y sus cinco músicos dieron rienda suelta a la improvisación, a la base del jazz y se pusieron creativos.
De cerca se podía ver lo que las manos de los músicos podían hacer. Una ráfaga de movimiento que provocaba ritmo, música y emociones.
Tras las demostraciones de talento, los protagonistas de la noche estaba listos para ser premiados con el aplauso y las expresiones de sorpresa y admiración.
Por casi dos horas de concierto, la banda de Stanley Clarke demostró lo que el jazz del pasado puede hacer, sonar y evolucionar con algunos tintes de modernidad.
Tan sólo bastaron un violín, dos percusiones, dos tipos de teclados, bajo y contrabajo para conducir el ritmo de la velada.
Antes de que Clarke tomara el escenario, los mexicanos de Los Brass hicieron lo suyo. Con tambora, tuba y demás instrumentos, los jóvenes buscaron animar a los asistentes.
Con fusión de sonidos, que iban desde el ska, el reggae, funk, electro, balkan, entre otros, también intentaron con algunos momentos dramáticos, en los cuales se entregaron al silencio y a la estática cual si fueran estatuas.
La recaudación de las entradas generadas en este festival musical será destinada en su totalidad a la Fundación Oasis, que tiene como finalidad mejorar la calidad de vida de su comunidad con programas dedicados a la cultura, el desarrollo comunitario, la discapacidad, la educación y la salud.