IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Cineastas mexicanos están triunfando en Estados Unidos con sus producciones. Los directores Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu, así como el fotógrafo Emmanuel “El Chivo” Lubezki, ganaron sus premios Oscar en las ediciones pasadas; este año Rodrigo Prieto buscará levantar la estatuilla.
Sin embargo, hay algo que ya une a Cuarón, Lubezki y Prieto: una vida escolar con una serie de tropiezos.
El fotógrafo de Silence contó sobre su frustración al ser rechazado como estudiante del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).
“Me parecía injusto, decía cómo puede ser que no me acepten, estaba muy dolido”, comentó Prieto, quien a mediados de los 80 buscó ingresar a la academia de cinematografía aun cuando ya trabajaba foto fija con David Marcoba.
Un año después de ese intento, en su terquedad, el director de fotografía volvió a aplicar el examen al CCC, aunque en esa ocasión sí se quedó. “Aprendí que esto (el cine) es de resistencia”, apuntó.
El egresado del CCC ya antes había aspirado al Oscar por su trabajo en Secreto en la montaña y desde los 11 años moldeaba figuras en plastilina que filmaba con una cámara ocho milímetros que le regaló su papá.
A quienes no les fue muy bien en su trayectoria escolar fue a Alfonso Cuarón, quien cuando era niño quiso ser astronauta, pero al enterarse que debía formar parte de la fuerza aérea de EU optó por entrar en la cinematografía. Cuarón, al igual que Prieto, buscó entrar al CCC, pero fue rechazado porque tenía 17 años.
Por ello optó tomar un curso en producción y dirección técnica para televisión en el ILCE; cursó dos semestres intensivos en la Escuela Activa de Fotografía y, posteriormente, entró a las aulas del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, donde conoció a “El Chivo” Lubezki.
Sin embargo, una historia cuenta que Cuarón fue expulsado del CUEC por la filmación de un cortometraje en inglés. El material de 33 minutos se llama “Vengeance in mine”, el cual narra la historia de un hombre de los 30 que hacía fechorías a cada instante. El director del film fue Luis Estrada, Cuarón estuvo a cargo de la fotografía y Emmanuel “El Chivo” Lubezki fue asistente.
Tanto Estrada como Cuarón continuaron su carrera cinematográfica fuera del CUEC, mientras Lubezki permaneció y terminó sus estudios en la academia.
