IMPULSO/Agencia SUN
Michoacán
El regreso del Guadalajara va en serio. No sólo es la Liga, no sólo le gana a los equipos que van a la cola de la tabla de posiciones.
También en la Copa da de qué hablar, también en el torneo copero se planta de tú a tú.
El Guadalajara ha vuelto a la vida cuando más lo necesitaba.
Victoria de visita, 1-2 sobre Morelia, otro de esos equipos que son serios y que no dejan nada a la casualidad. Triunfo con agallas, viniendo de atrás, triunfo que demuestra que a las Chivas les hacía falta un cambio de aires, de argentino a paraguayo.
José Cardozo vio en el equipo tapatío su última oportunidad de hacerse de un nombre de respeto en el futbol mexicano, después de sus últimos intentos con Chiapas, Puebla y Veracruz.
Hoy ni quien se acuerde de Matías Almeyda, el técnico que le dio mucho al Guadalajara, pero que cuando vio que el plantel no daría para más, se hizo a un lado, dejando a los jugadores que confiaron en él tirados y abandonados en la nada.
Pero esa es otra historia.
Planteles alternativos, como dicen cuando se combina a los suplentes y titulares.
Comenzó ganando Morelia, con un tiro de fuera del área de Sebastián Vegas al que el joven portero rojiblanco Miguel Jiménez le entró mal.
A remar contra la corriente.
Antes de terminar la primera parte, el Guadalajara encontró el empate con un hombre que nació en el equipo moreliano: Ángel Sepúlveda, quien de “pechito” metió el balón a la portería michoacana, pero no festejó por respeto a su pasado.
Mas vino el gol del triunfo.
Morelia, urgido de ganar para recuperar lo perdido en la Copa, se fue con todo y por todo, descuidó sus espaldas y ahí vino el triunfo del Rebaño.
Una barrida valió el gol. Edson Torres en media cancha apretó los dientes y se llevó a todo lo que estuviera en frente. Ganó el balón, lo condujo hasta el área y se la dio a Godínez para que definiera y diera el triunfo a las Chivas, que van en serio, y son líderes en la Copa.