IMPULSO/ Luis Ayala Ramos
Texcoco
Ante los problemas de desnutrición infantil que se registran en las zonas marginadas del país, así como el incremento de los casos de obesidad y depresión, el rector de la Universidad Autónoma Chapingo, Sergio Barrales Domínguez, consideró que el consumo del amaranto puede ser el eje estratégico que complemente la alimentación de las familias en México por su alto valor nutricional.
En conferencia de prensa, realizada como parte de las actividades que lleva a cabo el Grupo de Enlace para la producción de amaranto en México, en donde se integran productores, investigadores y comercializadores de esta semilla; el rector Barrales Domínguez aseguró que en el país se tiene una producción de 10 mil toneladas de amaranto al año.
Indicó que instituciones como INIFAP (Chapingo), la UAM y el Instituto Tecnológico del Estado de Tlaxcala han generado 13 nuevas variedades y trabajan en otras más: “Falta que el Gobierno federal impulse y apoye estos proyectos para aumentar la producción de amaranto, especie que tiene su centro de origen en México”. Indicó que actualmente se tienen sembradas alrededor de 10 mil hectáreas, distribuidas en los estados de Tlaxcala, Morelos, Puebla, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí Sinaloa y el Distrito Federal, específicamente en las delegaciones de Tláhuac y Xochimilco.
Consideró que, a pesar de los estudios sobre las ventajas de la semilla, como la mecanización en la producción, se puede abrir la posibilidad de aumentar la superficie de producción. “Sin embargo, se tiene que aumentar el consumo del amaranto y así ayudar a mejorar la alimentación de la población, ya que es una alternativa saludable”.
