IMPULSO/ Miguel A. García
Toluca
Se reúne en la Escuela del Poder Judicial la Red Nacional de Centros de Convivencia Familiar Supervisada y Afines de la República Mexicana.
Los Centros de Convivencia Familiar Supervisada del Poder Judicial son la ruta idónea para proteger a los niños en caso de divorcio de los padres, además de ser un mecanismo para salvar la relación padre-hijo evitando traumas, destacó Sergio Javier Medina Peñaloza, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, durante la inauguración de la segunda Reunión de la Red Nacional de Centros de Convivencia Familiar Supervisada y Afines de la República Mexicana.
En este evento, Medina Peñaloza resaltó que estos espacios buscan aligerar el peso del duelo familiar en el caso de divorcios y propiciar la convivencia entre padres y menores con un enfoque distinto, guardar la integridad psicológica de los menores, que en la mayoría de los casos se ven afectados por la separación de sus padres y las circunstancias en las que ésta se da.
En este sentido, hizo un llamado a fomentar una cultura de la paz en la familia y a fortalecer al país a través de la cooperación, la unidad y la colaboración, pues, en los tres centros de convivencia que existen en la entidad, se han realizado de enero a septiembre de este año 11 mil 816 convivencias, mil 313 mensuales.
En el marco de este encuentro, con representación en 25 entidades del país, reconoció que inicialmente los jueces tomaban la determinación de enviar a los menores a un Centro de Convivencia; sin embargo, luego de que no disminuye la problemática, el espacio era muy reducido, por lo que buscaron darse a la tarea de plantear una modificación total del sentido de los Centros de Convivencia Supervisada y atender la convivencia para bien de los menores.
Con ello, resaltó que buscan que sean espacios dignos pero sobre todo educativos, tanto para los menores como para los padres, para que pasen este proceso en el que están inmersos.
“Si son medidas muy recurrentes, la ley siempre abre una puerta y es muy frecuente que se considere que la solución es enviar a los menores a un Centro de Convivencia. No es tanto el término de que sea un abuso, yo más bien considero que son las puertas que abre la ley para atender una problemática, pero que genera en lugar de generar consolidación de la familia, unión de la familia, el paso del duelo de la mejor manera, finalmente los procesos familiares siempre son duelos, complicada y ahora pretendemos consolidar este proceso”, expresó el Magistrado.
Este encuentro es importante porque se apuesta al beneficio de la familia, de los menores, para que en caso de divorcio de los padres no haya una afectación psicológica importante.
El Magistrado Presidente reconoció que estos centros implican una capacitación en materia de derechos humanos, reeducación a los padres para ser mejores, sobre todo para que tomen conciencia de que no se puede utilizar a los hijos como instrumento de negociación judicial.
“Eso es un error, el usar a los hijos como un instrumento para presionar, en términos judiciales, es muy complicado para toda la familia y para el entorno social, en eso ayudan mucho los Centros de Convivencia”, explicó el jusrista.
Al acto inaugural asistieron consejeros de la Judicatura, magistrados, jueces, servidores judiciales adscritos a los centros de convivencia y la presidenta del Voluntariado del Poder Judicial, Isy Martínez Ramos.
