IMPULSO/ Ulises Figueroa
Primera y segunda pantalla
La TV es un aparato inexorable aún en tiempos de las redes sociales. Muchas cosas suceden en la primera pantalla que moldean las preferencias en consumo de medios. Por ello no es de extrañarse que existan memes con música de la Rosa de Guadalupe de Fondo o recreaciones fantásticas de videos ochenteros en el show de Jimmy Fallon.
Así como la televisión no destruyó la radio, el internet no destruyó a la televisión. Peor aún. Potenció sus contenidos al grado de hacerlos necesarios aún para hablar de los elementos que definen la cultura popular. La primera y segunda pantalla se nutren mutuamente todos los días.
Un ejemplo claro del futuro de la televisión es lo sucedido el 19 de septiembre de 2017 en cuanto a cobertura mediática. La televisión se volvió el referente con más credibilidad en el momento, así lo mostraron los resultados de rating y las tendencias en hábitos de consumo por parte de la población. Por otro lado, la inmediatez de las redes sociales e internet en general hacen que la televisión se vea como algo viejo en cuanto a las tendencias. La fortaleza de la segunda pantalla (dispositivos móviles) es la inminente necesidad del cambio y de lo nuevo.
La segunda pantalla trajo a la vida de los consumidores de medios, la posibilidad de convertirse en creadores de contenido. Un abanico democrático que ha generado algunos de los contenidos más relevantes de los últimos años en materia de convocatorias sociales (como los challenges), así como obras de arte en materia audiovisual y algunos de los peores contenidos en cuestión editorial, generando el fenómeno de la pos verdad donde todo lo que se dice es cierto sin necesidad de demostrarlo.
¿Hasta qué punto tener dos pantallas ha cambiado nuestra vida? Un buen referente de su impacto actual y a futuro es la serie británica Black Mirror, que muestra cómo en algún momento, nuestra segunda pantalla se convertirá no en la primera, sino en la única. La pantalla a través de la cual podremos vernos y entendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo.