Agosto 14, 2024
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CARTA AL PROFESOR RAFAEL CERVANTES MALAGÓN (Q.E.P.D.)

Querido Profe Rafa:

Si mal no recuerdo, estábamos a medio montaje de “Qué Plantón!” cuando los alumnos de prepa empezaron a cambiar la rutina durante los ensayos: el tiempo en que no estaban directamente trabajando, en vez de platicar o jugar lo dedicaban a contestar una serie interminable de ejercicio de matemáticas. A veces, unos a otros se explicaban los procedimientos o comparaban sus resultados. Se instalaron en las mesas que estaban a un lado de nuestro espacio de trabajo y, como eso empezó a ser normal, los niños de primaria y secundaria también sacaban sus cuadernos y se ponían a hacer sus tareas y trabajaban siguiendo el ejemplo de los de prepa. Desde entonces, y durante los siguientes cursos, era normal que tus alumnos realizaran sus series de mate y que los de primaria y secundaria hicieran alguna tarea mientras sus demás compañeros avanzaban en el montaje de alguna escena. Así llegó tu influencia, benéfica y silenciosa, hasta la Compañía de Teatro del Colegio Argos.  

Ahora, saber de tu ausencia es un hecho difícil de asimilar. Fuiste un compañero siempre dispuesto a ayudar y a muchos nos apoyaste compartiendo tu tiempo y experiencia. Las palabras de Miss Martha, tu Coordinadora, te describen de manera admirable: “De personalidad seria, y un corazón enorme; educado, asertivo, bromista, solidario y generoso con sus alumnos y con sus compañeros; siempre dispuesto a ayudar y participar en todas las actividades académicas y culturales. Era admirable la tranquilidad y seguridad que transmitía. Hablaba de frente, con cariño y respeto, mirando a los ojos y sonriendo con franqueza.”

A muchos nos tocó lidiar con profesores de mate que en su trato con los alumnos era como entrar a la ronda infantil de “La víbora de la mar” (“…los de adelante corren mucho y los de atrás se quedarán”) porque los alumnos no aventajados en su clase eran abandonados a su suerte. Tú eras diferente: te preocupabas porque todos aprendieran; si veías que algún alumno no comprendía el tema, lo repetías hasta que tenías la muestra de que todos avanzaban. A través de los concursos, del canto y el baile, hacías que tus alumnos descubrieron que sí podían aprender matemáticas y eso es un acto maravilloso de liberación que tú lograste con ellos. Con una mezcla de rigor y bondad, a muchos les cambiaste la vida; porque no enseñabas desde la superioridad, sino desde la empatía, y eras exigente porque tenías fe en su capacidad para aprender.  

Sé de alumnos que te agradecen el profesionalismo con que impartías tu clase y la enorme responsabilidad con la que asumías tu tarea. Sé que a muchos les dedicaste tiempo fuera de clase para explicarles los detalles que no entendían de tu materia. Y sé también que muchos te agradecen porque cuando se sentían abandonados en otras materias relacionadas con lo que tú enseñabas, podían acercarse a preguntarte y les dedicabas tiempo para resolver sus dudas. Sé también que era tanto tu cariño por tus alumnos que, cuando veías algún problema personal que ellos tenían, te acercabas a ellos y les ayudabas. Sé que para algunos, más que su maestro de matemáticas fuiste su maestro de vida, porque su diálogo no se redujo a los números sino que se centró en las personas.

Hasta donde estés, te envío las palabras de uno de tus alumnos, porque expresa un sentimiento que a muchos las palabras no nos alcanzan para decirte. Mauricio te escribió: “No puedo describir lo frío que es despedirlo desde una pantalla; el afecto, el dolor y el desahogo no es algo que se pueda mandar vía remota. No entiende lo mucho que necesito decirle gracias por no dejarme caer en la mediocridad que en ocasiones pretendía dejar pasar y por siempre recordarme que el esfuerzo mínimo representa nuestro lado diminuto que nos frena y estanca.”

Y estas son las hermosas palabras que te dedicó Miss Cinthia García:  

“Benedetti escribió sabiamente: “porque tú siempre existes / dondequiera / pero existes mejor donde te quiero”, cada palabra es tuya; “existes”, en presente, por siempre.

Habitas en el amor, tu hogar es inmenso ahora; cuando queramos encontrarte será en las carcajadas rebosantes de las mañanas frías, en el olor del café que enmarcaba tus descansos, en las risas que arrancaste de los más tímidos, en los bailes alegres, en los cantos desafinados, en tu alegría incansable. 

Es verdad que somos seres frágiles e inciertos, no obstante, sensibles a la memoria, que podemos revivir tiempos perdidos, escuchar ecos lejanos y sentir amores eternos. 

Amado eres en verdad, tu esencia tornasol se impregna al recordarte, tu nombre siempre lo dirá el viento y la luna recreará tu sonrisa eternamente.” 

Querido Profe Rafa, gracias por toda la bondad que compartiste con nosotros tus compañeros y con tus alumnos; Dios la multiplique infinitamente en bendiciones para tu familia y todos tus seres queridos.

Que Dios te abrace.

José Avisay Méndez Vázquez

Director de la Compañía de Teatro del Colegio Argos