IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Al cineasta mexicano Carlos López Estrada le cuesta trabajo hablar con la prensa, así que es su mamá, la productora Carla Estrada, quien se deshace públicamente por la nominación que éste obtuvo por parte de la Directors Guild of America.
López Estrada, de 29 años, fue considerado en la categoría de Ópera Prima gracias a su película Punto ciego, (Blindspotting), la cual estrenó en octubre en salas mexicanas.
La cinta, protagonizada por Daveed Diggs y Rafael Casal, aborda la historia de un negro, quien reevalúa su vida de la mano de su mejor amigo. “A Carlos le cuesta trabajo (hablar), pero es un chavo muy talentoso. ¡A ver cómo le va!”, exclamó Carla, teniendo a su hijo a un costado.
“Esa nominación es muy importante para México, para los directores jóvenes, para mí como su mamá y como mexicana, definitivamente”, agregó la ejecutiva.
La DGA (por sus siglas) es la asociación más importante de realizadores en Estados Unidos. López Estrada se encuentra en la misma categoría que el también actor Bradley Cooper (Nace una estrella), Bo Burnham (Eight grade), Matthew Heinemam (A private war) y Boots Riley (Sorry to bother you).
Hace un año, la revista Variety consideró a López Estrada como uno de los 10 jóvenes directores a los que debe seguírsele la pista. “Punto ciego”, rodada en inglés en locaciones de Oakland, California, estrenó internacionalmente en el Festival de Sundance y comercialmente se lanzó en 500 pantallas de EU.
Carlos lleva 15 años radicando en el país de las barras y las estrellas; estudió en la Universidad de Chapman en Los Ángeles y ha incursionado en la publicidad y los videoclips.
Con escuela. Carla Estrada recibió, la noche del jueves, una réplica de las manos de su madre Maty Huitrón, quien falleció el pasado lunes. La productora de “Alborada” y “Sortilegio” inauguró la Escuela de Artes Carla Estrada (EACE) y ahí fue sorprendida por los organizadores.
Instantes antes se había develado la placa con el nombre de su madre, que llevará un salón del inmueble ubicado en la parte alta de una plaza comercial en la Ciudad de México. “Ya era algo que habíamos platicado y planeado. Ella siempre me enseñó que la función debe continuar”, apuntó Carla.