IMPULSO/ Leo Augusto
Toluca
Cuando los servicios de empresas como Uber y Cabify llegaron a México, uno de los ganchos que utilizaron para ganar adeptos fue la garantía de seguridad que ofrecieron porque no es nuevo que gente de la capital del país, de las principales ciudades como Guadalajara, Monterrey y Puebla, considere poco seguros los taxis, principalmente los llamados “libres” que no pertenecen a ningún sitio.
En poco tiempo, estas empresas se adaptaron a la relajada regulación del Gobierno y descuidaron los criterios de selección para admitir choferes. Comenzaron a cometer abusos en las tarifas, principalmente en tiempos de inundaciones y con la contingencia ambiental. Los mexicanos aguantamos mucho, hasta que “una gota termina por derramar el vaso”. Tal fue el caso de Mara Castilla, joven de 19 años, estudiante de la UPAEP, que fue secuestrada el pasado 8 de septiembre en Cholula, Puebla, por un conductor de la empresa Cabify al salir de un bar y abordar un vehículo de alquiler que debería llevarla a su casa. El resultado fue un lamentable y doloroso feminicidio más en la entidad.
La familia de Mara reportó la ausencia a la empresa desde la primera hora, pero Cabify no localizó vía GPS a quien hoy es señalado por la Fiscalía de Puebla como presunto secuestrador, violador y feminicida. Cuando el pasado viernes 15 de septiembre fue localizado el cuerpo sin vida de Mara Castilla, la empresa emitió un comunicado donde lamentó su “fallecimiento”. Los usuarios reaccionaron con furia contra Cabify por el intento de salvar su segmento de mercado, antes que mostrar auténtica solidaridad y responsabilidad por la tragedia.
Este domingo, miles de mujeres y hombres salieron a las calles para exigir justicia, pero también exigir que paren ya los feminicidios en México, sin liderazgos visibles y sin pliego petitorio a la autoridad.
A pesar de las alarmantes cifras, en México mueren en promedio siete mujeres al día; la Secretaría de Gobernación se niega a emitir la alerta de género en entidades como la Ciudad de México, Puebla, Guanajuato y el Estado de México.
Y ante el vacío de poder, las posturas se comienzan a polarizar; por un lado, el feminismo radical comienza a fomentar posturas de odio contra los hombres, por el simple hecho de serlo. Hoy el padre de una víctima de acoso fue insultado por andar con el contingente. El reportero Jenaro Villamil recibió hasta mentadas de madre por grabar video al frente del contingente.
El dolor, la impotencia y el enojo no permite a muchas mujeres ver a auténticos aliados de su causa. Los menos brillantes comienzan a radicalizarse y recordemos que el abuso de lo políticamente correcto provocó que germinaran personajes como Donald Trump y los supremacistas blancos en EE.UU.
No se puede exigir equidad de género fomentando la discriminación y la exclusión de la sociedad civil, tampoco se trata de castrar a los hombres de su masculinidad para que mujeres radicales jueguen el rol que tanto han condenado.
Periscopio (abrazos de Acatempan gratis). Este día, Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal se encontraron de frente en la Asamblea Legislativa por el 5o. Informe de Gobierno de Mancera Espinosa. No hubo más remedio que saludarse. Luego, el jefe delegacional en Cuauhtémoc elogió el trabajo de Mancera al frente de la jefatura de gobierno, mientras que Sheinbaum apuntó el retroceso que ha vivido la capital del país en los últimos años en materia de seguridad pública, servicio de agua potable, transporte público y demás temas que usted y yo padecemos de manera cotidiana.
Monreal se ha dicho traicionado por el partido que lo postuló como jefe delegacional, la obsesión del zacatecano por convertirse en candidato a la Jefatura de Gobierno lo ha llevado a traicionar a MORENA y a los electores que le dieron el voto.
Comentario destacado
Queda al descubierto que al zacatecano lo motiva la vulgar ambición, el poder lo ha enfermado y los habitantes de la Cuauhtémoc padecen el desgobierno en la demarcación. Monreal se dedica más a lamentar en medios de comunicación su derrota que a gobernar.
