Agosto 14, 2024
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Brincan de auxiliar a director a hijo de la funcionaria

IMPULSO/ Edición Web
Quintana Roo

En este cargo, que ocupa desde noviembre, Sánchez Alamilla, egresado de la licenciatura en derecho, cobra un salario de 18 mil pesos mensuales más una compensación de ocho mil pesos, de acuerdo con la página de transparencia de Sintra.

Además, percibe como aguinaldo 15 mil 839 pesos, más una prima semestral de cuatro mil 163.92 pesos.

Después de desempeñarse como auxiliar jurídico en el Instituto de Capacitación para el Trabajo de Quintana Roo, Eduardo Sánchez Alamilla, hijo de Marisol Alamilla Betancourt, la secretaria de Educación y Cultura (SEyC) que discrimina a niños con discapacidad, fue nombrado jefe del Departamento de Transparencia y Atención Ciudadana en la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra). Instituto de Capacitación para el Trabajo (Icat) e igual cargo en el Colegio de Bachilleres 2, y como revisor integral en el Registro Agrario Nacional.

Alamilla Betancourt fue criticada luego de que se dio a conocer que el 4 de mayo, durante una reunión con jóvenes aspirantes a una plaza de educación especial, hizo declaraciones discriminatorias contra menores con discapacidad.

“Tenemos un millón y medio de habitantes y tenemos una cantidad mínima de niños con capacidades educativas especiales. Lo que menos queremos nosotros en el estado, es tener a un niño con estas condiciones. Y el sector salud se encarga de eso y cada día vamos a tener menos. Lo vamos a tratar de trabajar, es que cada día se requieran menos maestros para estos niños, porque lo que más queremos es que no existan, porque lo ideal es tener un niño bien, en buenas condiciones cognitivas. Eso estamos buscando”, se escucha decir a la funcionaria local en un video difundido a través de las redes sociales.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que encabeza Luis Raúl González Pérez, expresó su preocupación por estos señalamientos.

“La desafortunada expresión no es acorde con el principio de progresividad de los derechos humanos y puede convalidar prácticas eugenésicas hacia este sector de la población, sin soslayar que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce que ésta puede ser agravada por las barreras actitudinales y del entorno”, indicó.

Destacó que las instituciones son las que “deben propiciar la construcción de procesos inclusivos para que los derechos de las niñas y los niños se disfruten en un ambiente de igualdad de oportunidades, incluidas las medidas y los ajustes razonables para asegurar su ingreso, permanencia y participación sin exclusión en los centros educativos”.

Cuatro días después de sus señalamientos, Alamilla Betancourt ofreció disculpas en una conferencia de prensa en la que se comprometió a trabajar a favor de los niños con capacidades diferentes, aunque dijo: “la discapacidad es una condición de vida que no puede ser erradicada, siempre habrá discapacidad”. (La Razón)