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Portugal
Un turista brasileño destruyó una estatua barroca del siglo XVIII al intentar tomarse una selfie junto a una escultura en el Museo de Arte Antiguo, en Lisboa, donde excepcionalmente la entrada era gratis este primer domingo de mes.
Las autoridades ahora evalúan si la obra, una representación de San Miguel Arcángel sin autor definido, realizada en un taller de la capital portuguesa, puede ser restaurada. El incidente volvió a llamar la atención sobre la falta de recursos y personal de los museos en Portugal ante la explosión de turistas de los últimos años.
A comienzos de año, el director del Museo de Arte Antiguo, António Filipe Pimentel, dijo que algún día iba a ocurrir “una calamidad” y se quejó de que en su museo -uno de los más importantes del país, con 82 salas- había sólo 20 vigilantes, cuando serían necesarios más del doble: por lo menos 50. Esta declaración no fue bien recibida en el Ministerio de Cultura.
Esta no es la primera vez que una estatua centenaria resulta despedazada por las ansias fotográficas de un turista en Lisboa. En mayo, un visitante escaló la fachada de la histórica estación del Rossio para tomarse una selfie y terminó destruyendo una escultura del siglo XVIII, que retrataba a don Sebastião, rey de Portugal.
Con información de Folha de Sao Paulo
