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Ciudad de México
En el transcurso de su ilustre carrera, Bob Dylan ha aparecido en los Grammy, los Globos de Oro, el Salón de la Fama del Rock & Roll, los premios MusiCares Person of the Year, el Kennedy Center Honors, la Medalla Presidencial de la Libertad, los Premios Choice, entre otros.
Pero cuando llegó el momento de aceptar, tal vez, el más alto honor de todos —el Premio Nobel— Dylan no se presentó, argumentando que tenía “compromisos preexistentes”.
El ilustre compositor estadounidense había evitado durante semanas las llamadas de la Academia Sueca informándole del premio, hasta el punto que el presidente del comité del Nobel lo llamó “descortés y arrogante”. Cuando finalmente lo contactó, Dylan todavía no se comprometía a asistir a la ceremonia formal de aceptación. Finalmente, unas semanas antes del evento, la Academia Sueca informó al público que Dylan no estaría presente, ya que estaba ocupado.
Algunos se preguntaban si el artista impredecible haría una aparición sorpresa. Pero el sábado no hubo Dylan. Sólo una nota.
“Siento no poder estar con ustedes en persona, pero sepan que estoy definitivamente con ustedes en espíritu y honrado de recibir un premio tan prestigioso”, dijo.
Azita Raji, la embajadora de Estados Unidos en Suecia, leyó el sincero mensaje de Dylan en voz alta.
“Si alguien me hubiera dicho que tenía la menor posibilidad de ganar el Premio Nobel, tendría que pensar que podría tener las mismas probabilidades de estar en la luna”, dijo Dylan.
Su nota aludía a la pregunta que muchos hicieron cuando se anunció que recibiría el premio: ¿Son las canciones de Dylan literatura? Ésta fue la primera vez que un músico fue galardonado con este premio. Era un riesgo para el comité y fue probablemente por lo que sus miembros estaban más molestos de que a Dylan no pareciera importarle.
Pero el músico explicó en su carta que necesitaba “más de unos minutos para procesarlo correctamente”. Ha pasado gran parte de su vida persiguiendo su trabajo “y tratando con todos los aspectos de los asuntos mundanos de la vida”, dijo, nunca se detuvo a considerar si sus canciones son literatura.
“Por lo tanto, doy las gracias a la Academia Sueca, tanto por tomarse el tiempo para considerar esa misma pregunta, como por, en última instancia, proporcionar una respuesta tan maravillosa”, concluyó la carta.
Como la academia expresó antes de la ceremonia, Dylan no es el primero en negarse a aceptar su premio en persona. La novelista Doris Lessing y la dramaturga Elfriede Jelinek están entre los que se negaron a asistir a la ceremonia de homenaje a su trabajo.
Pero hay un requisito que los miembros de la academia esperan que Dylan cumpla. Como se recordó públicamente en un comunicado de prensa, el reloj está en marcha.
“Esperamos con interés la conferencia Nobel que debe dar Bob Dylan—es el único requisito— dentro de los seis meses contados a partir del 10 de diciembre del 2016”, se informó en el comunicado.
Dylan aún no ha anunciado si cumplirá o no con este requisito.
