Diciembre 24, 2024
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Barristas veracruzanos atacan en tierra sin ley

IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad De México
La tranquilidad de las familias que viven cerca del Luis de la Fuente quedó interrumpida desde el domingo, previo al juego entre Veracruz y Atlas; autoridades estatales y de la Liga MX no se han manifestado al respecto.
Los barra bravas del conjunto escualo, que reciben boletos de la directiva que encabeza Fidel Kuri, no sólo se ocuparon de agredir a seguidores rojinegros, también invadieron y atracaron propiedad privada. Afectados del incidente relataron a EL UNIVERSAL Deportes cómo estalló la violencia en la puerta de sus hogares y la tardía reacción de la policía.
“Estábamos en nuestra casa, escuchamos que pasaba la porra del Atlas, caminando rumbo al estadio. Pero después venían corriendo de regreso, perseguidos por unos 80 o 100 de la porra de Veracruz armados con piedras y petardos; aventando todo sobre carros, casas y sobre quien les pasara de frente”.
“Los de Atlas se subieron a las azoteas. Había unos arriba de la casa de un señor que fue golpeado, porque la porra del Veracruz pensó que tenía muchachos del Atlas escondidos. Primero patearon la puerta del señor, al entrar lo aventaron y le pasaron por encima. De los cajones sacaron cuchillos y picahielos”, relató una vecina.
El agredido, de edad avanzada y de nombre Javier Carmona, resultó con un fuerte golpe en la rodilla derecha, según su nieta, quien también indicó que la policía no hizo detenciones. “Mi abuelo es de escasos recursos. Hay destrozos en la casa, saquearon, se llevaron un reloj y sus tenis. La policía no se llevó a nadie, sólo llegó a separar”, describió. “La porra de Tiburones, en cuanto empezó el partido se fue, creo que se metieron al estadio”.
El pasado 18 de febrero, actos violentos se registraron afuera del Pirata. Minutos antes del juego contra América, la policía efectuó disparos con balas de goma por un enfrentamiento de radicales. Mientras, en febrero de 2017, en la visita de Tigres se calentaron los ánimos en la tribuna; el castigo, un partido de veto para el recinto que cada 15 días parece ser territorio de nadie.