IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Antes de que se llevara a cabo el ciberataque contra el sistema financiero bancario cuyo daño se calcula en 300 millones de pesos, se detectaron cinco casos previos, de los cuales tres tenían el objetivo de ser ensayos para perpetrar el mayor hackeo en la historia del sector, pero pasaron desapercibidos al tratarse de montos pequeños.
De acuerdo con autoridades, el primer ataque fue en octubre de 2017. Con la apertura de cuentas y retiro de efectivo por supuestos clientes se sustrajo al menos 2 millones de dólares a través de la conexión al Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI). El segundo se registró en enero contra el Bancomext. Las autoridades frenaron el hackeo, que buscaba robar 110 millones de dólares.
Tres meses después, la casa de bolsa Kuspit denunció un ciberataque y, pese a que reforzó la seguridad, a la semana siguiente sufrió la sustracción de recursos. Le siguió Banjercito, que en abril detectó un robo similar al de Kuspit, aunque por un monto inferior. Más tarde, fueron contra la caja de ahorro Las Huastecas, a la que le hurtaron un millón de pesos.
Investigaciones federales revelan que los últimos tres casos fueron ensayos para el inédito ciberataque. La semana pasada, la aún directora del Sistemas de Pagos del Banco de México, Lorenza Martínez, dijo que las instituciones que incumplieron con la regulación y las medidas de seguridad establecidas en 2017 serán sancionadas.