IMPULSO/ Patricia López Vences
Toluca
Un alumno mexicano tiene en promedio 413 puntos en matemáticas, en comparación con un promedio de 494 puntos en el resto de los países miembros de la OCDE (una diferencia de 81 puntos), lo que equivale a un retraso de casi dos años de escolaridad.
Celia Rodríguez, psicóloga y pedagoga, resaltó que el bajo rendimiento se acentúa cada fin de año escolar sin aparente motivo que justifique las malas notas, sin embrago, hoy en día, el fracaso escolar es una problemática muy extendida y cada vez más común.
Explicó que este problema se agudiza durante los finales de cada ciclo escolar, cuando ya no hay mucho por hacer ante bajos o malos promedios, aunque, es vital apoyarlos en la construcción de un mejor futuro, de modificar hábitos y conductas.
Evitar el fracaso escolar, atajarlo desde un primer momento (incluso antes de que aparezca) y poner las medidas para que los pequeños obtengan el éxito en sus estudios y completen un desarrollo personal global que los lleve a ser adultos felices y obtener sus metas debe ser una prioridad nacional.
Entre las causas del bajo rendimiento, Rodríguez consideró el medio familiar en que el joven se desarrolla diariamente, la familia en la vida escolar de los niños y niñas es imprescindible para que estos mantengan el interés y entiendan que ellos mismos deben implicarse en sus tareas escolares.
“Cuando los niños y niñas tienen una baja autoestima académica, tenderán al fracaso escolar. Las malas notas hacen que se perciban como menos competentes, esto conlleva desinterés y prefieren no intentarlo para no fracasar”, explicó Celia Rodríguez.
La lectoescritura es fundamental para construir aprendizajes y para demostrar lo que saben en todas las asignaturas, refirió la especialista. Asimismo, alentó a los padres de familia a motivar a sus hijos para mejorar sus notas y para que alcancen un rendimiento adecuado mediante la atención, apoyándolos para que se sienten a hacer sus trabajos. Destacó que la lectura es el mejor hábito que pueden adquirir.
Entre algunas dificultades de aprendizaje se encuentran niños con dislexias, trastorno de déficit de atención, falta de motivación, etc.
Con la atención adecuada, estas dificultades son superables, es imprescindible hacer una detección temprana de las mismas y tratarlas de manera adecuada. Como personas, cualquier problema que nos provoque un malestar emocional va a influir en nuestro quehacer.
Por otro lado, las causas pedagógicas hacen referencia a las técnicas y al hábito de estudio. “Si se cansan antes de tiempo no los dejes que abandonen la tarea, ponte con ellos y con cariño, aunque ellos se quejen o incluso lloren, ayúdales a que terminen”, subrayó.
Es fundamental motivar a los pequeños, debemos hacerles ver tres cosas: que pueden lograrlo, que con esfuerzo se consigue y que conseguir hacerlo les aportará satisfacción personal.
La atención de los padres en la realización de los trabajos escolares de los niños y niñas va a ser imprescindible para que éstos desarrollen el interés y entiendan que ellos mismos deben aplicarse a sus tareas.
