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Colombia
El avión de la compañía boliviana LaMia, que se accidentó cuando transportaba al club de futbol Chapecoense de Brasil, tenía combustible limitado, según los resultados de la investigación preliminar de la Aeronáutica Civil de Colombia presentados este lunes en Bogotá.
Los pilotos “eran conscientes de las limitaciones de combustible que tenían en el momento, no era el adecuado ni suficiente”, dijo el secretario de Seguridad Aérea de Aerocivil, coronel Freddy Bonilla, en rueda de prensa.
Pese a ello, no reportaron la situación a las autoridades aeronáuticas colombianas y solo se declararon en emergencia a seis minutos del impacto en una zona montañosa aledaña a Medellín, donde fallecieron 71 personas entre integrantes del Chapecoense, periodistas y tripulantes, agregó.
El funcionario aseguró que el piloto de la aeronave, Miguel Quiroga, y el copiloto, Ovar Goytia, se plantearon aterrizar en Bogotá o en la ciudad colombiana de Leticia (sur) por “estar al límite de combustible”, pero no realizaron ningún requerimiento para ello.
“Hasta el momento tenemos evidencia que ningún factor técnico influyó en el accidente, todo está involucrado en un factor humano y gerencial”, indicó Bonilla, quien agregó que el avión tenía un exceso de peso cercano a los 500 kilogramos, pero que no fue “determinante” en el siniestro.
De acuerdo con la indagación, cuyo propósito no es hallar responsables sino hacer recomendaciones para evitar futuras tragedias, la autoridad encargada de aprobar los planes de vuelo en Bolivia falló al aceptar unas condiciones de traslado “inaceptables” propuestas por LaMia.
“No se cumplió el plan de vuelo”, agregó Bonilla, quien explicó que para la ruta entre Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y Medellín la aeronave debía contar con una reserva de combustible para sostenerse en el aire al menos una hora y cuarenta minutos.
Además, afirmó, el avión RJ85 “supuestamente” tenía una certificación para volar por encima de los 29 mil pies, para lo cual no tenía capacidad.