IMPULSO/ Ana Francisca Vega
Los otros independientes
A Juan, estudiante de ingeniería química de la UdG, le robaron a punta de pistola la camioneta en la que circulaba por las calles de Guadalajara. El joven avisó que había tenido un “imprevisto” y que llegaría tarde a su cita para recolectar firmas a favor de Pablo Montaño, politólogo del ITESO y candidato independiente al Congreso Federal por el Distrito 8 de Jalisco. Unas horas después, Juan llegó a la cita y recolectó 40 firmas. Nadie lo hubiera culpado si se hubiera quedado en casa después del susto. Sin embargo, no lo hizo. “Estamos convencidos de lo que hacemos, yo creo que por eso Juan llegó aún después de lo que le pasó”, me dijo Pablo, que necesita recolectar seis mil 461 firmas y ya va por la mitad.
¿Han tenido problemas con el funcionamiento del app del INE?, le pregunto, “Sí, hay algunos problemas, sobre todo en términos de la brecha digital. Muchas personas que nos ayudaron en 2015 a recolectar firmas para la candidatura de Pedro [Kumamoto] ahora no nos han podido ayudar porque son adultos mayores que no tienen teléfonos inteligentes”. A diferencia de los aspirantes a candidatos independientes para la Presidencia, Pablo no se queja: “Así es y con eso hay que trabajar”, dice. La carrera contra el reloj vence en la segunda semana de diciembre, tiempo para el que habrá de reunir los apoyos ciudadanos si es que quiere aparecer en la boleta electoral el primero de julio del 2018. Lo mismo sucede con Alberto Vale y Rodrigo Cornejo, aspirantes a candidatos independientes para los distritos 13 y 10 de Jalisco, respectivamente. Pablo, Alberto y Rodrigo forman parte de “Vamos a reemplazarles”, proyecto que en 2015 llevó a Pedro Kumamoto a la diputación local. Kumamoto — “Kuma”, como le dicen sus amigos— busca hoy ser el primer senador independiente en la historia moderna del país.
A Kumamoto y a su equipo les han dicho de todo, que si no son más que unos chavitos improvisados haciendo política, que si son irrelevantes, que si tarde o temprano se van a corromper. Hoy, para pesar de algunos cínicos y pesimistas, simplemente no hay evidencia que sustente esas críticas. Nos regresan de alguna manera la esperanza de que en México se puede devolver a la política un poco de lo que debiera tener en esencia: debate, sentido de servicio y recuperación del espacio público. Para donde se mire hoy, una bocanada de aire fresco.