IMPULSO/Alberto Barranco
Aguas con el agua
Hace unos días, al sonido de las fanfarrias y el suspiro de los habitantes de Iztapalapa, el presidente Enrique Peña Nieto inauguró el Pozo Santa Catarina 3, cuyo potencial auguraba 128 litros de agua por segundo, con la novedad de que la perforación se había dado a dos kilómetros de profundidad, a contrapelo de la tradición de 300 metros.
De pasadita, se anunciaba un programa de recarga de mantos acuíferos con aguas tratadas, con la promesa, ahora sí, de cancelarse la sobreexplotación. Las entrelineas, con perfil de mantas, hablaban de no más socavones, más grietas o más hundimientos en la Ciudad de México. La espectacularidad del acto, sin embargo, no le borró el perfil de paliativo frente a un colosal problema que amaga con convertirse en jinete del apocalipsis. Por más profundo que se perfore, por más largo que sea el popote, los mantos viven sus últimos días. La paradoja del caso es que, a medida que crece el amago, no sólo en la capital del país, sino en la República, decrece el presupuesto de la Comisión Nacional del Agua.
Calculado por la empresa Regiomontana de Construcción y Servicios un mínimo de 78 mil 347 millones para el 2019, he aquí que en el presupuesto para el año próximo, aprobado en lo general por la Cámara de Diputados, se anota una partida de 26 mil 167, frente a los 43 mil 220 que se destinaron en el 2012, o los 47 mil 347 de 2014. En los últimos dos años, la disminución concreta para el programa de agua potable, alcantarillado y saneamiento fue de nueve mil 990 y tres mil 423. Para 2018, la caída es similar, tres mil 582.
En materia de inversión, de los 32 mil 603 millones de que se dotó a la instancia en el 2012, este año se bajó a 18 mil 138, previéndose para el próximo exactamente el mismo nivel. La mayor inversión prevista para 2018 es la construcción del túnel Emisor Oriente que cruza la Ciudad y el Estado de México dentro de la cuenca del Valle de México y el Estado de Hidalgo. El monto presupuestado es de 5 mil 41 millones. Le sigue el proyecto Zapotillo para abastecimiento de agua potable en León, Guanajuato, con mil 530.
En materia de construcción están también la presa y sistema de bombeo Purgatorio Arcediano para abasto del área conurbada de Guadalajara; el canal Centenario en Nayarit y el acueducto Picachos-Mazatlán. Lo curioso del caso es que el Gobierno le ha concesionado a particulares mucho más agua de la existente en las cuencas. Así, en el noreste, el monto concesionado es de 11 mil 714 millones de metros cúbicos, frente a una disponibilidad de ocho mil 273. Más grave aún, en la cuenca del Río Balsas, la proporción es de 48 mil 46 frente a 21 mil 278, mientras que en Lerma-Santiago-Pacifico es de 38 mil 86 frente a 34 mil 45. En el escenario del Río Bravo se dispone de 12 mil 352 metros cúbicos y se concesionaron 14 mil 722. En total, el Gobierno ha concesionado 266 mil 559 metros cúbicos, 233 mil 252 de los cuales son de agua de superficie y 33 mil 311 subterránea.