Agosto 15, 2024
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IMPULSO/ Maricela Gastelú

Comunicación política en redes sociales

No pude evitarlo, eliminé a un amigo en Facebook al que, pese a ocupar un cargo público, le encanta subir estados como “Hoy, el día amaneció nublado como mi corazón desde que te fuiste” o “Hay días que me siento solo, pero hoy lo estoy aún más”.

 

Hay días que amanece creativo y le da por subir imágenes con arcoíris, mariposas o bebés dormidos, deseando a sus seguidores “un cálido inicio de semana”, “un alegre despertar” o “que tengan dulces sueños como los de un bebé”.

Usted podrá argumentar en favor de mi amigo eliminado que cada quien tiene derecho de subir a sus redes sociales lo que le dé la gana e incluso le parecerá plausible que un servidor público no sólo publique sobre las obras públicas que inauguró el Ayuntamiento, los debates en el Cabildo o la entrega de apoyos a las comunidades, incluso a algunos les parecerá tierno. Si bien es cierto que cualquier persona puede subir lo que le venga en gana, también es cierto que no pueden olvidar que son sujetos de interés público. ¿Por qué?, porque los ciudadanos pagan sus sueldos ¡por eso!

Y nada más por ese pequeño detalle, los ciudadanos se merecen que los servidores públicos electos no pierdan tiempo publicando lo triste que es su vida o lo solitos que se sienten en el mundo feo, cruel y despiadado de la política. Ni a los ciudadanos nos interesa ser etiquetados en fotos de arcoirís donde mi Regidor me desea un buen día. Lo que yo quiero es que se ponga a trabajar, prefiero que reduzca los baches de las avenidas, a que pase medio día jugando “criminal case” y todavía se dé el lujo de publicar que acaba de resolver otro caso de asesinato ¡en horario de trabajo!

La nueva ola de comunicación y consultoría política le recomienda a varios políticos la contratación de empresas que administran sus redes sociales, el problema de esto es que la interacción gobernante-gobernado es cada vez más lejana; otro problema del manejo de redes sociales es que pueden ser un arma de doble filo, es cierto que te ayudan a llegar a más ciudadanos y comunicar tu labor, pero, si no se saben utilizar, se corre el riesgo de perder credibilidad en la imagen pública, por lo que les recomendamos el siguiente manual:

Lo que sí:

1.- Sea propositivo, comparta ideas, proyectos viables, publique por lo menos una vez al día y preferentemente por las mañanas, ya que es la hora de mayor tránsito de personas en internet.

2.- Escriba con excelente ortografía, con sintaxis. Si tiene dudas sobre cómo escribir una palabra, averigüe y, hasta que esté seguro, publique.

3.- Envíe felicitaciones personalizadas de cumpleaños.

4.- Comunique sin ofender y comparta sin saturar.

5.- Genere contenidos que capturen la atención de su audiencia, sea congruente entre su “publicar y su hacer”.

Lo que no:

1.- Evite la “diarrea facebookera” es decir, publicar 30 estados diferentes, en 30 momentos del día, etiquetando a todos los amigos que le caen bien y dejando claro que se la pasa conectado en todo momento en lugar de estar trabajando.

2.- Evite darle “me gusta” o “like” a páginas que dañen su imagen pública, especialmente evite darle un “like” a páginas o publicaciones de partidos políticos contrarios a su ideología (todos conocemos a un Regidor del PAN que le encanta poner me gusta a todo lo que publica el Gobernador del PRI).

3.- No publique sus sentimientos y menos si anda más deprimido que Enrique Peña en feria del libro, primero, porque la audiencia tiene sus propios problemas y, segundo, porque nos tiene, exactamente, sin cuidado.

4.- No comparta campañas religiosas, en primer término por respeto a las creencias ajenas y porque en horario laboral lo necesitamos trabajando no predicando. El día domingo puede compartir el sermón del cura si se le viene en gana, pero no haga de sus redes sociales, en esencia políticas, un medio de difusión cristiana.

5.- Cuide su dedo índice de una terrible enfermedad conocida como•”etiquetar a lo idiota”, cuyos síntomas se manifiestan al etiquetar a personas que usted ni conoce en fotos que a ellos no les importan.

: Una variante de esta enfermedad es conocida también como “hacer grupos a lo imbécil” que pueden manifestarse tanto en redes sociales como en whatsapp, muy peligrosa, por cierto.

 
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