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Artículo – En recuerdo de Eliseo Lugo Plata

IMPULSO/ Teodoro Rentería
En recuerdo de Eliseo Lugo Plata

Cuando el 13 de septiembre pasado trascendí la puerta para entrar a la ciudad capital Toluca, ese día de luto por la prematura e intempestiva partida al éter eterno del buen amigo y reconocido colega, Eliseo Lugo Plata, pergeñé estas líneas antes de llegar al mausoleo donde se efectúan las exequias del hermano masón.
Conocí a Eliseo, como alumno destacado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García en las décadas de los 70 y 80’s cuando su director, el inolvidable maestro Alejando Avilés, me invitó a incorporarme al cuerpo docente de la querida institución de la que soy egresado. La vida nos volvió a unir en el 2002 cuando el Congreso Nacional se convirtió en constituyente de nuestra Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX.
Eliseo, hasta el último suspiro de su vida, fue director editorial del Diario Impulso del Estado de México, del amigo Alejandro Zendejas Hernádez, en el cual se publican nuestras entregas diarias.
Inmerso en las luchas gremiales, en dos ocasiones fue presidente de la Asociación de Periodistas del Valle de Toluca, APVT. Fue masón donde obtuvo la diputación y el grado 28, miembro de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, capítulo Estado de México. Entre otros muchos reconocimientos, obtuvo el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” de la FAPERMEX, el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de ensayo y la Medalla “Manuel Buendía” de la propia APVT, asimismo, fue honrado con el Doctorado Honoris Causa de la Carlos Septién.
Aunque el amigo y colega Eloy Caloca Carrasco lo envío para los socios, me atrevo a transcribir sus sentidas líneas que retratan a Eliseo Lugo Plata: “Era el fin de la década de los 70′ cuando llegaron una tarde -y tarde- dos jóvenes aspirantes a licenciados en periodismo a la escuela ‘Carlos Septién García’, de la que era director el Sinaloense Alejandro Avilés, cuando ya se dirigía el Subdirector michoacano Ismael Hernández a recoger los exámenes de admisión que habían presentado los puntuales cuando los referidos ‘retrasados’ pidieron una oportunidad: presentarlo allí mismo: oral, en salones separados, sin copiar porque ambos provenían ‘de fuera’ y acababan de llegar, mostraron sus boletos del autobús, presumieron que aprobarían el examen y serían buenos periodistas, y con los años así fue, obtuvieron Premio México y otros también nacionales.
En el salón les decían ‘los hermanitos del norte’, exponían clase juntos, cantaban juntos, pero también debatían. Competían limpiamente y generaban expectación hasta entre los maestros. Uno de ellos, luego de aquel examen, confesó que, siendo de Acambay, EDOMEX, había ido a la Terminal del Norte a recoger a un familiar que llegó de Monterrey, por lo que no mintió, pues venía realmente de Toluca. El otro sí acababa de llegar de Tampico, su equipaje lo decía.
El perseverante ingenioso fundó periódicos, hizo radio, dirigió una organización gremial, talleres, escribió libros, lo nombraron comunicador en la Procuraduría. Ese buen amigo lo fue igualmente de artistas que de políticos, igual que de poetas y literatos, así como de empresarios y académicos, ayudó, formó y guió a muchos y seguramente los seguirá guiando con su ejemplo y sus varias obras, ése era mi hermano Eliseo Lugo Plata, el que físicamente ya no estará, pero al que muchos… ‘por sus frutos lo conoceréis’. El que venía de Tampico era yo, Eloy Caloca Carrasco, ambos discípulos de Teodoro Rentería Arróyave”.
En efecto, en el aula, en la profesión, en las luchas gremiales y por qué no decirlo, en la tertulia, en la bohemia, en la buena copa de nuestras cantinas preferidas, compartí con Eliseo momentos inolvidables de intercambio de ideas, de positivas discusiones y de perseverantes metas que nos fijamos.
Uno de sus más caros ideales era obtener el título de licenciado en periodismo, carrera que concluyó en la Septién García y que, por razones esquivas, no le permitieron presentar el examen final; sin embargo, el mayor premio en el aspecto académico, lo obtuvo nada más y nada menos que por Reconocimiento a sus Saberes Adquiridos, por lo que la Secretaría de Educación Pública federal le otorgó el título de Licenciado en Periodismo y la cédula profesional correspondiente.
Eliseo, tras su partida al éter eterno, sigue triunfando como el Cid Campeador, apenas este sábado nuevamente le fue otorgado el Premio México de Periodismo “Ricardo Flores Magón” en el marco del XV Congreso Nacional de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, y Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE. Aclaro, no fue un galardón póstumo, fue un reconocimiento a la vida plena que le tocó transitar al amigo y colega, al licenciado Eliseo Lugo Plata.
La Familia Rentería Villa envía su saludo fraterno a su querida familia y a sus incontables amigos. En el éter eterno, seguro que Eliseo seguirá en la tarea diaria del periodismo, su pasión.

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