IMPULSO/ Alejandra Barrales Magdaleno
Por un México fuerte
Cuando la autoridad ignora y corrompe las leyes que se comprometió a cumplir, cuando en quien confiaste para gobernar roba millones de pesos sin remordimiento, dejando a miles de mexicanos, ya pobres, sumidos en la miseria, como ocurrió en Veracruz; cuando por ser mujer eres acosada, violentada y asesinada, pero además no hay condena para el culpable y esto se repite una, dos, tres… varias veces en un día, significa lamentablemente que en nuestro país estamos perdiendo el Estado de Derecho.
Lo mismo ocurre si secuestran tu libertad de elegir a quien quieres que te gobierne por miedo a perder los apoyos sociales, que son obligación del Estado; o por miedo de perder tu empleo cuando trabajas en la administración, entregas tu identidad, tu persona, para que hagan uso de ella. No es exagerado, esto ocurre cada vez que hay elecciones y es una queja constante en nuestros recorridos por todo el país.
Nunca como antes nuestro Estado de Derecho ha sido puesto a prueba tantas veces. La más reciente, con la remoción del fiscal contra delitos electorales, única autoridad capaz de castigar a quienes abusan de la pobreza de los mexicanos para ganar votos comprándolos, y a quienes utilizan recursos del país, ya sea de programas sociales o por “intercambio” de acuerdos en las sombras, como en el caso Odebrecht, para ganar una elección.
El PRI lo único que está demostrando en este sexenio es que es capaz de debilitar a las instituciones que sostienen a nuestra nación, de corromperlas, para mantenerse en el poder, sin importarle pasar sobre la ley cuantas veces sea necesario y que esto implique que los mexicanos pierdan la confianza en la justicia, en la democracia, en instituciones que están hechas para garantizar su bienestar y el de sus familias.
Por eso cuando dan a conocer que solo 18% de la población cree en la democracia, mientras que 93% siente desconfianza del gobierno, no causa sorpresa. A ellos no les da vergüenza y lo único que hacen es responder con más spots, más publicidad que, además, es pagada con el dinero de todas y todos los mexicanos.
A pesar de la grave situación que vivimos en México, las decisiones y acciones del PRI en todos los niveles de gobierno y en los Poderes de la Unión, pareciera que se empeñan en mantener el caos y vulnerabilidad. El PRI ha dejado de ser autocrítico, no ha revolucionado nada en décadas y está muy lejos de ser institucional. El PRI ha dejado de gobernar para la gente y de escucharla, y ha dejado de actuar de lado de la ley, para conservar los privilegios de unos cuantos.
En el Frente Ciudadano estamos convencidos de que debemos ser un verdadero contrapeso desde todos los espacios en donde se vulneran las instituciones, porque tenemos objetivos muy claros: recuperar la confianza de la gente y, sobre todo, fortalecer las instituciones del país para dar solidez a nuestro Estado de Derecho.