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IMPULSO/ Félix Santana Ángeles
El PRI mexiquense es como el espantapájaros del mago de Oz

El 18 de julio de 2014, es decir, hace sólo 38 meses, el Instituto Nacional Electoral otorgó el registro a Morena como partido político nacional durante su primera incursión en la elección intermedia del año 2015, en la que se eligieron 125 ayuntamientos, 45 diputados locales y 40 diputados federales, el partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador conquistó en el Estado de México 560 mil 901 votos, equivalente al 10.09% de la votación válida efectiva.
Para la elección de gobernador, celebrada el cuatro de junio de 2017, Morena obtuvo un millón 871 mil 542 votos, esto significa 41 mil 938 sufragios más que el Partido Revolucionario Institucional, que sólo logró un millón 829 mil 604 votos. Por primera vez en la historia del Estado de México, el PRI fue derrotado al perder más de un millón de votos que había conquistado en 2011, cuando Eruviel Ávila quedó como gobernador.
Lo primero que llama la atención del espectacular crecimiento electoral de Morena es que, con sólo tres años de vida, logró vencer al PRI en la cuna del Grupo Atlacomulco, y qeue, de la elección intermedia celebrada en 2015 a junio de 2017, creció un 333%.
En esta ocasión, no se abordará la compra de los votos, la descarada intervención de los gobiernos municipales, estatal o federal en la elección de gobernador, tampoco las deleznables prácticas de quemar autos con narcomantas incluidas para beneficiar al PRI o los secuestros de los representantes, conocidos vulgarmente como “levantones”, no se hará referencia al terrorismo permitido por el Estado al arrojar cabezas de cerdo afuera de las oficinas de Morena en diversos municipios con listas de militantes salpicadas de pintura color rojo simulando sangre, no, eso se abordará con mayor detenimiento en otra ocasión, ahora, sólo se hará referencia a la numeraria electoral.
Con estos resultados, quedó al descubierto que el otrora “partidazo” sólo es un gigante con pies de barro, un espantapájaros relleno de paja, sin inteligencia, similar al personaje del libro infantil titulado El maravilloso mago de Oz.
De los 45 distritos electorales que se disputaron en la elección de gobernador, el PRI ganó 21, Morena 20, PRD 3 y el PAN 1, estas cifras resultan similares a la cantidad de municipios que ganaron los diferentes partidos políticos, bajo esta lógica, el PRI ganó 91, Morena 26, PRD 7 y PAN uno.
Sin embargo, los datos contrastan con la población que eventualmente gobernaría cada partido político, ya que, de los 17 millones 187 mil 809 habitantes que vivimos en el Estado de México, Morena será el partido con mayor representación sobre una población de siete millones 510 mil 889 habitantes, mientras que el PRI, con sus 91 municipios ganados, sólo representará a siete millones 378 mil 767 mexiquenses.
Es importante mencionar que los distritos donde ganó Alfredo Del Mazo son eminentemente rurales, Valle de Bravo, Ixtlahuaca, Tejupilco y Atlacomulco, entretanto, Delfina Gómez ganó los distritos electorales con mayor concentración poblacional como Texcoco, Tecámac, Acolman, Cuautitlán Izcalli, Coacalco, entre otros.
La elección del 2018 será la ratificación del triunfo del hartazgo, desánimo y desilusión sobre el oficialismo que durante 88 años ha demostrado su incapacidad para resolver los problemas comunes de los ciudadanos, pues se ha encargado de hacer de la estructura gubernamental una maquinaria electoral al servicio de los negocios lícitos e ilícitos de la clase gobernante.

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