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IMPULSO/ Manuel Bartlett
Atractiva oferta de Trump

Concluyó la primera ronda de renegociaciones del TLCAN con resultados negativos. Los negociadores norteamericanos fijaron su objetivo: eliminar todo lo que —según ellos— ha sido perjudicial para EE.UU. e imponer a México nuevas restricciones. Concluyente fue la amenazante declaración hegemónica de Trump: “no creo que podamos llegar a un acuerdo con México y Canadá, se han aprovechado de nosotros de tal manera que es posible que el acuerdo se acabe… vamos a renegociar o eliminarlo”. Por su parte, los “negociadores” mexicanos, con el secretario Guajardo, demuestran una mansedumbre autista. Engañan, dicen estar renegociando para la modernización del TLCAN, siendo evidente una renegociación impuesta bajo amenaza. Después de las palabras arrogantes de Trump, Videgaray “tuiteó”: “México seguirá en la mesa con serenidad, firmeza y el interés nacional por delante”, pequeño canciller, colgado indignamente del “yerno”. ¿Cómo explicar esta actitud del gobierno de Peña Nieto que, en lugar de informar al pueblo mexicano de las amenazas de EE.UU., insisten en una renegociación optimista? Cuando las perspectivas frente a la potencia dominante, la unidad nacional en defensa de nuestros auténticos intereses —y no el engaño— debería ser la estrategia.
Así, el Gobierno mexicano insiste en un TLCAN exitoso que debe conservarse y —aún— mejorarse, actitud que obedece a la de presidentes, desde Salinas, los panistas, hasta Peña, quienes no han representado al pueblo mexicano, sino a los intereses de la oligarquía vinculada a las transnacionales, en detrimento del resto de la sociedad mexicana. Además de la debilidad de Peña, estamos ante el grave riesgo de que estos negociadores “salinizados” aprueben lo que sea para asegurar sus intereses elitistas. Es elemental que una renegociación del TLCAN obligue a analizar y discutir públicamente sus efectos sobre México en tres décadas de transnacionalización, para ponderar lo positivo y lo negativo, sin lo cual, no podrá saberse ¿qué negocian, cuáles sectores perdieron y cuáles ganaron y cuáles requieren apoyo? Sin embargo, lo que han hecho es pregonar enormes beneficios del TLCAN, fincando el éxito de Peña en mantenerlo a toda costa. Un análisis elemental revela que, habiéndosenos prometido llevar a México al “primer mundo”, nos han llevado a un brutal retroceso económico, político y social, a una dependencia inmovilizante, a asumir reglas que imposibilitan el desarrollo de México. En cifras oficiales la nación mexicana está rota, más de la mitad de la población en pobreza y una grotesca acumulación de riqueza en unos cuantos. Nos han desindustrializado, convertido en nación maquiladora; han sacrificado a los campesinos mexicanos, incapaces de competir con la agricultura norteamericana subsidiada, se refugian en los guetos de pobreza suburbana, abandonando el campo. La realidad es dramática. Ante los engaños, urge exponer la realidad del TLCAN.

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