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IMPULSO/ Francisco Martínez Neri
Crisis de Venezuela

El pasado domingo, se llevaron a cabo comicios en Venezuela convocados por el oficialismo para elegir a los 545 integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). De acuerdo a información oficial, se contó con la participación de ocho millones 89 mil 320 ciudadanos (41.53 por ciento), de los más de 19 millones de convocados, los cuales serían superiores a los que habrían votado en la consulta no oficial contra la elección de la ANC, organizada por la oposición venezolana el pasado 16 de julio, en la cual habrían participado 7.2 millones.
El Gobierno venezolano buscó con esta medida no sólo ganar un poco de legitimidad para hacer frente a su creciente aislamiento diplomático, sino aislar al Congreso, dominado por la oposición, de las decisiones trascendentes que se avecinan en esa nación.
En respuesta a las elecciones de la Asamblea Constituyente, varios países de América y Europa desconocieron o censuraron la votación. Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, España, EE.UU., México y Perú se sumaron al rechazo que ya habían expresado los gobiernos de Colombia y Panamá. El Gobierno federal mexicano, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), manifestó que no reconocía los resultados de dicha elección.
La postura de México se suma a otras acciones adoptadas por nuestro país de abierto injerencismo en contra de Venezuela. El Gobierno federal, a través de la Cancillería y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se sumó incomprensiblemente en días pasados a las sanciones económicas contra funcionarios del gobierno de ese país, que fueron anunciadas por la administración del presidente de EE.UU., Donald Trump, por “menoscabar la democracia y los derechos humanos”.
Existen diversos factores geopolíticos que enmarcan el acontecer en Venezuela que es preciso describir y explicar con el fin de desnudar algunos intereses que se encuentran detrás del proceso de desestabilización emprendido por diversos países desde hace algún tiempo en aquella nación.
EE.UU. y gobiernos latinoamericanos que buscan restaurar el neoliberalismo en la región buscan extirpar cualquier reducto que se vincule con las experiencias progresistas de integración latinoamericana desde una perspectiva de izquierda que pretenda garantizar el control soberano sobre importantes recursos estratégicos como el petróleo y la biodiversidad.
En este orden de ideas, la decisión del Gobierno federal mexicano de sumarse a la administración Trump para sancionar a funcionarios de Venezuela representa una enorme sumisión a Estados Unidos. @FMartinezNeri

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