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IMPULSO/ José Antonio Crespo
Un INE despartidizado

La demanda de que los consejeros del INE sean sustituidos por otros, ha ido cobrando más eco. Varios analistas, académicos y grupos civiles como la iniciativa Ahora (encabezado por Emilio Álvarez Icaza), se han sumado a esa exigencia. Este grupo en particular presentó una investigación sobre un millonario desvío de fondos en el Estado de México al PRI, a través de OHL, que el INE simple y sencillamente ignoró. Las omisiones del INE llevan a muchos a pensar que éste no será garantía a la legalidad, equidad e imparcialidad en los comicios de 2018. Desde 2015, cuando el INE exoneró al PVEM tras cometer múltiples tropelías que ameritaban según la ley, la pérdida de su registro, surgió la pregunta, ¿y con este INE tan blando iremos al 2018? También se sabía que la falta de pulcritud y certeza en las elecciones de este año podrían contaminar las condiciones y credibilidad en las que tendría lugar la próxima elección presidencial. Así ocurrió. Se van pues acumulando propuestas de reforma al sistema electoral para 2018, como lo es la segunda vuelta, el modelo de comunicación política (actualmente a base de spots insustanciales que sin embargo ayudan a algunos candidatos a promoverse), eliminar los OPLES, secuestrados por los gobernadores (ante el fracaso de la reforma de 2014), y la reforma del Consejo General del INE, secuestrado por los partidos.
No se pide una renuncia voluntaria de los consejeros (eso no existe en México) sino un cambio sustancial del INE. Pero los tiempos están rebasados, pues el proceso electoral inicia en septiembre, y la Constitución pone tiempos límite para reformar la ley. Sin embargo, los miembros de la iniciativa Ahora consideran que las condiciones actuales ameritan hacer ese cambio, como cuando en 1994 la situación fue tan delicada que justificó la renovación del Consejo General del entonces IFE, dándole mayor equilibrio y pluralidad. En efecto, las cosas no van muy bien. Se verá qué sucede con la anulación de Coahuila, pero por el derroche de fondos que todos vieron en el Estado de México, resulta poco creíble que los partidos hayan estado muy por debajo de los topes de campaña (sin duda excesivamente altos). La credibilidad del INE ante la ciudadanía es bastante baja. No ofrece garantías para 2018. Pero a diferencia de lo ocurrido en 1994 cuando cundía el temor en Los Pinos de que la elección se saliera de cauce, hoy el PRI y el Gobierno no ven tan complicada la situación. Por el contrario, su apuesta exige autoridades blandas; han trazado ya la ruta para la elección presidencial y detentan en el Consejo del INE una eficaz y leal “bancada” de cuatro “curules” (de once).
El PAN y el PRD también han contado tradicionalmente con cuotas en el IFE y el INE, por lo que probablemente tampoco consideren adecuada la renovación propuesta. En cambio Morena ha respaldado esa exigencia, en parte por no tener ninguna “curul” en el INE (como ocurrió con el PRD en 2006). La idea sería, no que se cambiara de consejeros a partir del esquema vigente de partidización, pues nada se ganaría con sustituir las actuales “bancadas” por otras formadas también por cuotas partidarias. @JACrespo1

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