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IMPULSO/ Fausto Hernández
Ya sucedió: Trump pretende bajar el ISR-PM a 15%
Hace unas semanas, se advirtió en este espacio de la posibilidad de que el presidente de los EE.UU., Donald Trump, intentara bajar los impuestos corporativos y los personales.
En ese caso, argumentamos, México podría enfrentar problemas de elusión importantes, pues bien, ello ya sucedió.
Trump propone bajar el corporativo a 15 por ciento, es decir, al nivel que tiene Canadá hoy en día, el otro socio del TLCAN. Con la reforma del 2014, México prefirió usar la fiscal como moneda de cambio para aprobar la reforma energética (se dice que la reforma tributaria fue elaborada por el color amarillo).
Hoy, enfrentamos las posibles consecuencias de esa ceguera, en nuestro país, no se ha entendido que la globalización le imprime restricciones a la política fiscal que diseñamos.
A continuación, explicaré primero por qué los impuestos corporativos en el mundo han ido disminuyendo. Posteriormente, revisaré las posibilidades de que se apruebe esa reforma en EE.UU. y, en caso de que así sea, por qué en México podría no haber las consecuencias de recaudación que yo mismo estoy anotando aquí.
El impuesto corporativo, comúnmente conocido en México como el impuesto sobre ingresos mercantiles a las personas morales (ISR-PM), es uno cuya naturaleza lo hace móvil internacionalmente, este fenómeno le disminuye fuertemente el potencial recaudatorio.
Con la globalización que coincide con la caída del muro de Berlín, se ha observado en el mundo una tendencia inversa del nivel de la tasa en el tiempo.
Muchos de los países independientes de Europa del Este diseñaron su sistema tributario con base en tasas impositivas a las personas morales muy bajas, a los cuales les siguieron, entre muchos otros, una serie de países como China –con su apertura–, India e Irlanda.
Esto provocó que muchas de las empresas grandes de países desarrollados (se debe contar con recursos) trasladaran sus oficinas centrales a esos países, con el objeto de reducir su carga tributaria.
Ante esto, la respuesta de muchos de los países industrializados fue naturalmente reducir sus tasas, una serie de naciones de la OCDE que redujeron sus tasas entre 1990 y 2014.
Sólo por citar dos ejemplos notorios, Alemania redujo sus tasas en 34 puntos porcentuales en este periodo al pasar de una tasa de 50% en 1990 a una de 15.8% para 2011. Por su parte, Canadá pasó de 28.84 a 15%, esto es una reducción de alrededor de 13 puntos porcentuales, siendo un socio del TLCAN.
Así, los países del mundo se han visto forzados a reducir sus tasas debido a que las empresas gigantes estaban trasladando sus matrices a otros países. Por otra parte, se ha argumentado que en EE.UU., nuestro principal socio comercial, eso no ha pasado.
Tan reciente como el pasado 26 de agosto de 2014, la empresa Burger King anunció la compra de la cadena Tom Horton de Canadá, esta acción le permitiría trasladar su matriz a ese país, donde la tasa de ISR-PM es de 15%, con lo que se estima que ahorraría 8.1 mil millones de dólares americanos en pago anual de impuestos.
La empresa Apple se beneficia enormemente con operaciones en Irlanda, por ello, ya existían discusiones en el Senado de EE.UU. antes de que Trump propusiera la baja en la tasa.
Parte de las medidas que se están considerando es reducir la tasa e incluso hasta repensar la introducción del impuesto al valor agregado (con otro nombre porque a los americanos les causa prurito).
: Es cierto, no se elevó la tasa del ISR-PM en México, pero se encuentra muy arriba del promedio: en 23.8%.