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IMPULSO/ Claudio Jones/Arena Pública
¿Fragmentación en el Estado de México?

Es muy distinta la dinámica de una elección donde existen dos punteros de otra en la que un tercer candidato disputa un sitio estratégico, haciendo verosímil -para una buena parte del electorado- la competitividad de esa fuerza política.

Incluso si un cuarto candidato atrae el voto útil que pudiese fortalecer a uno de los punteros, será un dato a considerar y detectar a tiempo para aprovecharlo o combatirlo, según el caso. Por eso es importante el nivel de fragmentación que se desarrolla en la elección.

Sería una apertura a una dinámica que no hemos visto aún en las elecciones locales, incluso nacionales.

La fragmentación puede configurar la elección de distintas maneras y nos diría mucho acerca de cómo están logrando los candidatos colocarse ante el electorado. ¿Estamos atestiguando un nuevo tipo de elección?, ¿uno donde el eje de la competencia excede a dos fuerzas políticas, abriéndose así el espectro a algo cercano a tres o cuatro partidos efectivos?

Hasta hoy, en las elecciones presidenciales -calculando con un índice llamado Laakso-Taagepera- hemos llegado a 3.2 aproximadamente.

Si ese número subiera, será el resultado de una fragmentación mayor abriendo más alternativas a los electores, pero atrayendo su atención a votar. De otra manera, estamos hablando de dos punteros y un más o menos lejano (pero no insignificante) tercer lugar. Eso es lo que hemos visto hoy en las elecciones donde ganó Fox hasta que el PRI recuperó para Peña Nieto la Presidencia.

Esto no es de ninguna manera un tema menor porque alteraría significativamente el formato de competencia, dando como resultado una sorpresa o, bien, ratificando una historia conocida, una que recuerda cierto bipartidismo en nuestra corta vida democrática.

El dato importante de una encuesta reciente de Mitofsky es quizá el hecho de la diferencia entre el puntero del Mazo es menor respecto a Delfina del que se plantea con Josefina.

Del Mazo obtiene 24.5, la panista del PAN 18.4, mientas la candidata de MORENA alcanza los 21.3 (desde luego hay un buen porcentaje de personas que no manifiesta preferencia, es decir, que no ha decidido su voto).

Se trata de niveles de considerable competitividad que muestra la encuesta. Otras encuestas, como sabemos, pueden darnos “radiografías” muy distintas del momento político.

Algo fundamental en la elección sería el hecho de que el tema de las amas de casa vejadas de diversas maneras hasta los feminicidios se posicionara realmente como un tema que divide al electorado, pero es algo que no sabemos aún con certeza.

Dicho de otra forma, de qué se va a tratar la elección, cuáles los temas cruciales de su agenda. ¿Hasta dónde veremos un listado de electores que no ha rebasado el 50% de participación? ¿Aumentaría este último porcentaje señalando una elección más rica en temas de agenda que llevan a votar a la gente?