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Arabia
Al menos once príncipes, cuatro ministros y “decenas” de exministros fueron arrestados ayer en Arabia Saudita por orden de un comité anticorrupción creado horas antes por el rey Salman bin Abdulaziz, según informó la televisión Al Arabiya.
El comité anticorrupción, que está dirigido por el príncipe heredero, Mohamed bin Salman, tiene el objetivo de investigar casos de corrupción que han sido detectados en el reino, según informó previamente la agencia oficial SPA.
El nuevo organismo tiene capacidad para emitir órdenes de arresto y de prohibición de viaje al extranjero, además de congelar los bienes de los investigados y tomar otras medidas preventivas antes de que los casos lleguen a los tribunales.
Según fuentes citadas por Al Arabiya, el comité reabrió la investigación de dos casos de corrupción relacionados con unas inundaciones ocurridas en la ciudad de Yeda en 2009 y con el brote del coronavirus, también conocido como síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM), que causó la muerte de medio millar de personas entre 2012 y 2015.
A la vez que anunció la creación del comité, el rey Salman anunció cambios importantes en las autoridades del reino -destituyó al responsable de la Guardia Nacional, al comandante de la Armada y al ministro de Economía- aunque ninguna fuente oficial explicó si las medidas están relacionadas con las investigaciones de corrupción.
Al frente de la Guardia Nacional fue despedido el príncipe Mobeib bin Abdulah, por motivos que no fueron especificados, y será sustituido por el príncipe Jaled bin Ayaf.
El príncipe Mobeib, el preferido del fallecido rey Abdullah, era señalado en su momento como un candidato fuerte a la corona antes del inesperado ascenso del príncipe Mohammed hace dos años.
El ministro de Economía y Planificación, Adel al Faqieh, fue relevado por Mohamed al Tuwaiyri, también por motivos no aclarados por la casa real.
El comandante de la Armada, el almirante Abdulah bin Sultan bin Mohamed al Sultan, que se retira, fue reemplazado por el hasta hoy vicealmirante Fahd bin Abdulah al Gifaili.
El hotel Ritz Carlton en Riyadh, el hotel real de facto, fue evacuado el sábado, lo que provocó rumores de que sería utilizado para alojar a la familia real detenida. El aeropuerto para aviones privados se cerró, lo que despertó la especulación de que el príncipe heredero intentaba impedir que hombres de negocios ricos huyeran antes de más arrestos.
PODEROSO TRAS LAS REJAS
Entre los detenidos al príncipe Alwalid Bin Talal, uno de los hombres más ricos del mundo que a través de Kingdom Holding tiene intereses en compañías de lo más diverso, entre ellas el City Group, la 21st Century Fox y Twitter.
Según el diario New York Times, el Príncipe Alwaleed estaba dando entrevistas a los medios de comunicación occidentales a fines del mes pasado sobre temas como las llamadas monedas criptográficas y los planes de Arabia Saudita para una oferta pública de acciones en su compañía petrolera estatal, Aramco.
Recientemente también ha discutido públicamente con Trump. El príncipe era parte de un grupo de inversionistas que le compraron el control del Hotel Plaza en Nueva York a Trump, y también le compró un costoso yate. Pero en un mensaje de Twitter en 2015, el príncipe llamó a Trump “una desgracia no sólo para el Partido Republicano, sino para toda América”.
Trump respondió, también en Twitter, que “El tonto Princípe Alwalid Talal quiere controlar a los políticos de Estados Unidos con el dinero de papá”.
Como presidente, Trump ha desarrollado una relación cálida y de mutuo apoyo con el príncipe heredero, que se ha disparado desde la oscuridad en los últimos años hasta tomar el control de las funciones más importantes del país.
Pero su rápido ascenso también ha dividido a los saudíes. Muchos aplauden su visión, atribuyéndole los problemas económicos que enfrenta el reino y trazando un plan para ir más allá de su dependencia del petróleo.