IMPULSO/Agencia SUN
Ciudad De México
Cuando de música se trata el compositor Armando Palomas se pone sincero: no le gusta que siempre se hable de amor. Los tríos como Los Panchos, por ejemplo, no están entre sus gustos.
El motivo es que prefiere hacer canciones en las que toque temas a los que no todos se acercan en sus letras.
“Casi todos los nuevos compositores y los noventeros, ochenteros, se han dedicado a hacer canciones de amor, la novela de ‘si me dejas me muero’, ‘sin ti no puedo respirar’. Creo que hay miles de canciones y personajes y les puedes componer una canción sin tener que llegar a ese punto donde todo es igualito”, considera.
“Creo que deberían por lo menos descubrir otras palabras para poder tener otro léxico en las canciones, otras temáticas”.
El músico celebrará el próximo 1 de marzo su concierto número 1700 de toda su carrera en el Lunario del Auditorio Nacional donde estará acompañado por artistas como Rubén Albarrán y Jaime López.
Palomas recuerda cómo a lo largo de 27 años de carrera se ha presentado lo mismo en bares “de mala muerte” que en grandes escenarios como el del Vive Latino.
“Es una vida totalmente dedicada a los escenarios, las canciones, producir discos, vivir exclusivamente de lo que hago porque en todos estos años no me he dedicado a otra cosa que no sea escribir canciones y dedicarme a cantarlas”, comparte.
Su presentación en el Lunario será un festejo a la libertad. Así considera que ha sido su carrera en la que se ha permitido explorar géneros como la cumbia, el mariachi, el blues y el hip-hop y que por eso, ahora lo siguen padres, hijos y nietos.
“Ya cuando la obra traspasa este tipo de generaciones no es que estés del otro lado, quiere decir que has sido un tipo necio y que la obra ha gustado y por lo menos has generado emociones, sentimientos, empatía”, explica.
El intérprete de “Los sábados sin ti” comenta que si bien tiene discos en los que aborda la balada y temas de amor procura no llegar a lo cursi ya que no es partidario de ello, además siente que hay una escasez de compositores que exploren otros temas.
“Incluso el rock mexicano ha padecido de ese mal, hacer canciones de amor, ya el Buki ya lo hizo, ya basta”, dice.
