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Agencia SUN
La sentencia marcó el fin del tercer juicio sobre los crímenes cometidos en la ESMA.
El juicio más grande de la historia de Argentina culminó hoy con 29 represores condenados a cadena perpetua por haber cometido delitos de lesa humanidad en contra de 789 víctimas durante la dictadura militar que gobernó el país entre 1976-1983.
El tribunal integrado por los jueces Leopoldo Bruglia, Adriana Palliotti, Daniel Obligado y Pablo Bertuzzi condenó a otros 19 represores a penas de entre ocho y 25 años de prisión, en tanto que absolvió a seis más.
La multitud que se concentró afuera de los tribunales estalló en aplausos cuando comenzaron a leerse los fallos en contra de militares que actuaron en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), que fue uno de los mayores centros clandestinos de detención de América Latina.
Entre los condenados a perpetua se encuentran Jorge “Tigre” Acosta, Alfredo Astiz, Ricardo Miguel Cavallo, Juan Antonio Azic, Adolfo Miguel Donda y Juan Carlos Rolón, nombres que para los argentinos remiten de inmediato al terror.
Los acusados actuaron en la ESMA, a donde se calcula que fueron llevadas alrededor de cinco mil personas que padecieron secuestros, torturas, asesinatos, violaciones y desapariciones.
Ahí, los represores también instalaron una maternidad clandestina en donde las mujeres presas parían atadas y luego les arrebataban a sus bebés para entregarlos en adopciones ilegales.
Además, en estas celdas comenzaba el periplo de los llamados “vuelos de la muerte”, que consistía en trasladar a las víctimas a aviones desde donde eran empujadas, vivas, al mar Atlántico.
La sentencia marcó el fin del tercer juicio sobre los crímenes cometidos en la ESMA, ya que el primero culminó en 2007 sin condena, ya que el único imputado, el prefecto Héctor Febres, apareció en su celda muerto por envenenamiento.
El segundo juicio ESMA terminó en 2011 con condenas en contra de 16 represores, entre ellos Astiz, Acosta, Antonio Pernías y Cavallo, quienes ahora volvieron a ser juzgados por delitos cometidos en esa misma prisión clandestina en contra de otras víctimas.
Cuando comenzó el juicio, en diciembre de 2012, había 68 represores imputados, pero las dilaciones de la defensa y, en los últimos años, del propio tribunal, permitió que 14 acusados murieran sin condena o evitaran el proceso por problemas de salud.
Este miércoles, cinco años después del inicio de un juicio inédito, sobreviviente, familiares de desaparecidos y personas que nacieron en la ESMA y fueron apropiados por los represores y luego recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo, pudieron celebrar la reparadora sensación de justicia.
Fuente: Notimex