IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
Argentina devolvió a México seis piezas arqueológicas rescatadas del mercado negro. Se trata de cuatro fragmentos y dos objetos completos (un plato y una figura antropomórfica), que pertenecen a la tradición de las Tumbas de Tiro, situada en el período que va del año 100 a.C. al 600 d.C., en el Occidente de Mesoamérica. Además, en el mismo acto, Argentina entregó otras 55 piezas arqueológicas a Bolivia, correspondientes a la cultura Tiahuanaco y también recuperadas al tráfico de bienes arqueológicos.
Los objetos mexicanos y bolivianos habían sido recuperados en el año 2000 con una serie de allanamientos judiciales en departamentos y negocios de la ciudad de Buenos Aires y de San Isidro, uno de sus suburbios más acomodados. Con esas acciones, la Justicia argentina había recuperado unas 20 mil piezas en total. Entre ellas había también objetos de otros países sudamericanos: en enero, Argentina restituyó 439 piezas a Ecuador; luego, 4,150 (entre las que había una momia) a Perú.
Las seis piezas mexicanas fueron creadas, posiblemente, para algunas de las sepulturas que se han encontrado en los sitios arqueológicos de Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán, y que se conocen como “tumbas de tiro”. La más célebre es la de Etzatlán (en El Arenal, Jalisco), que tiene tres cámaras y 16 metros de profundidad. Durante mucho tiempo se creyó que la cerámica de las tumbas de tiro era contemporánea a los tarascos y a los mexicas, pero a mediados del siglo XX se llegó a la conclusión de que era anterior. Es imposible saber cómo terminaron estas seis piezas en Argentina, pero es cierto que este tipo de objetos es muy apreciado en el mercado negro.
“Cuando los países de hoy no existían, estaban los hombres y las mujeres que hicieron estas piezas. Por eso, el sentido de esta devolución es también recuperar su memoria y la de sus pueblos”, dijo el ministro de Cultura de Argentina, Pablo Avelluto.
El embajador mexicano en Argentina, Fernando Castro Trenti, que también participó en el acto, dijo: “Los mexicanos nos hemos esforzado mucho en el reencuentro con nuestras raíces”. Agregó: “Se enriquecen nuestras tradiciones cuando pueden ser expuestas a las generaciones por venir; por eso reconozco en éste un acto de consolidación de nuestra hermandad como países latinoamericanos”.