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Roma
El rotundo no de los votantes a la reforma constitucional de Matteo Renzi, que provocó el domingo su dimisión casi instantánea como primer ministro, llega en un momento donde penden las dudas sobre el futuro económico de Italia dentro de la Unión Europea. El presidente de la República, Sergio Mattarella, intenta salvaguardar la estabilidad, de ahí que pidiera el lunes por la noche a Renzi un aplazamiento de su renuncia hasta el viernes, cuando el Gobierno apruebe los presupuestos. Italia busca un nuevo primer ministro, el quinto en cinco años, el cuarto sin ser votado en elecciones.
Esta mañana Matteo Renzi subió al palacio del Quirinal para tener una conversación informal con Sergio Mattarella, quien hizo un llamado a la calma poniendo énfasis en la alta participación —“es el testimonio de una democracia sólida, de un país apasionado”— y en la necesidad de bajar el clima de la contienda política, que había llegado a ser calificado de “guerra civil sin armas”. La participación fue del 68%, mientras que en las elecciones de Estados Unidos votó el 54%, y en el referéndum de Colombia sobre la paz, solo el 37%, y que el no a las reformas de Renzi alcanzó el 59,11% de los votos frente a un 40,89%.
Mattarella tendrá ahora que buscar un primer ministro a juego, y las quinielas periodísticas señalan a Pier Carlo Padoan, pieza estratégica del gobierno de Renzi. Padoan goza en Italia del prestigio suficiente para enfrentar a la oposición una vez disuelto el frente del no en el que militaban desde comunistas a post-fascistas, pasando por exjefes del Gobierno como Massimo D’Alema, Silvio Berlusconi o Mario Monti.
Con información de El País
