IMPULSO/ Ernesto Hernández Alarcón
La paradoja de Arizona
Entramos de lleno a la jornada trece de la actual temporada de la NFL; a sólo cinco encuentros por disputar para la gran mayoría de los equipos, la presente es sin duda un previo de la postemporada, ya que el ochenta por ciento de los cotejos contienen implicaciones para los “play-offs”. De esta manera, compartimos algunas reflexiones del cierre de sesión regular, que, como siempre, se ve de antología.
Vayamos con los dos equipos revelación: los Vaqueros de Dallas y los Raiders de Oakland, los primeros vencieron el pasado Jueves a los Vikingos de Minnesota, demostrando con ello (por si hacía falta) que son un equipo con aspiraciones reales para llegar al juego grande. Su fórmula de ataque terrestre desgastador, ataque aéreo ejecutor, junto con el impecable desempeño de su línea ofensiva, considerada la mejor de la NFL, parece ser un algoritmo imbatible. Asimismo, han contenido defensivas de alto calibre, Pittsburgh y Washington, superado defensas muy respetables, Baltimore y Minnesota. Con el récord que detentan de once ganados contra un perdido, yo considero que es prácticamente un hecho que ganarán su división y la ventaja de local en todas las rondas de eliminatorias. Mientras tanto, los segundos, también con una línea ofensiva de altísimo octanaje, con un plantel muy joven y talentoso, con un mariscal de campo igual de inspirado y de hecho, con una mejor defensiva, me parece que sembrarán el segundo mejor récord de la Conferencia Americana, atrás de los sempiternos Patriotas de Nueva Inglaterra, con todo y la lesión de Rob Gronkowski, la cual, más bien les cobrará factura en la postemporada. Y a pesar de que los malosos no han sido tan dominantes en varias de sus victorias de la actual sesión, tengo la corazonada de que podrían colarse al juego grande.
Ahora, veamos este curioso contraste, me refiero a los dos conjuntos (alados) que podrían sembrase en el número dos y tres de la Conferencia Nacional, Halcones Marinos de Seattle y Halcones de Atlanta. Como ya ha sido una constante en los últimos años, Seattle detenta la mejor defensiva de la NFC y tal vez de la Liga, empero, su ofensiva es muy irregular. Por el otro lado, Atlanta presenta a la más poderosa ofensiva con unos Matt Ryan, Julio Jones y Mohamed Sanu en plan grande, sin embargo, su defensa es porosa y no tan confiable. La tendencia de estas dos organizaciones en estas alturas es de lograr los ´play-offs´, donde los de Pete Carroll podrían llegar a la final de Conferencia, mientras que los de Matt Ryan hacen su debut y despedida en la primera ronda de eliminatorias. Veamos si Dan Quinn cambia esa mala racha.
Sin mayor preámbulo, veamos las grandes decepciones del año, Cardenales de Arizona encabeza este honroso lugar. Si alguna vez asenté que Carson Palmer es un mariscal de campo con mala suerte, ahora le podemos comprobar que tampoco sabe ser un auténtico líder. Esta franquicia desperdició una unidad de gran talento y el ´timing´ que se abre sólo en espacios reducidos en tan competida liga. Además, con los problemas de salud de Bruce Arians, vislumbró un próximo proceso de reestructuración, que por supuesto implicará años en la sombra. Vaya paradoja para este lugar tan asoleado.
Panteras de Carolina, el equipo liderado por el “SuperCam” me decepcionó inclusive desde el Super Bowl pasado. Allí, pudimos ver lo que ahora constatamos, tanto el citado mariscal de campo como la organización carecen de la pasta de campeón.
Hablando de Bengalís de Cincinnati, Marvin Lewis tiene el tiempo contado, me sorprende que algunas organizaciones lleguen a enorgullecerse de ser llamados los “ya merito”. Aquí vemos un ejemplo clarísimo de tal efecto. Abundaremos.
