Por: Patricia Fuentes Hurtado
Dios nunca parpadea
Cuando abandonó la fría sala de hospital supo que tenía ganada la primera batalla; le esperaba el postoperatorio y todo lo que implica. Lleva sus manos al pecho y toca la cicatriz que le dejó la mastectomía, esboza una sonrisa, con dolor sin duda, pero agradece estar viva y sabe que después del cáncer nada volverá a amedrentarla.
Ella es Regina Brett, nacida en Ohio y periodista de profesión. Desde temprana edad tuvo un camino accidentado, por eso llegó a pensar que en el momento de su nacimiento, Dios había parpadeado; creyó que ese instante había pasado desapercibido para él; en consecuencia, las severas dificultades eran una constante en su vida.
Antecedida por maltratos en la infancia, alcoholismo y un embarazo no deseado, el clímax de su sufrimiento llegó a los 41 años, con un diagnóstico letal: cáncer. Sin embargo, el destino quiso que lo superara para ser hoy inspiración de fortaleza.
En su libro Dios nunca parpadea, Brett reconoce que su condición de creyente fue el pilar fundamental que le permitió aceptar lo que estaba viviendo, sin pretender explicarlo o entenderlo, solo abrazó la fe. Al paso de los años asegura que el cáncer de mama le dejó mucho más que lo que le quitó.
¿Qué me dejó el cáncer?, se formula la pregunta y responde: “me dejó un enorme coraje para enfrentar adversidades y un sentido del valor de la vida que no tenía antes de enfermarme; desarrolló en mi la capacidad de ser feliz y me dio empatía con el dolor ajeno. Me permitió dejar de lado una gran cantidad de cosas materiales que antes me hacían sentir muy segura”.
Los antecedentes familiares sobre esta enfermedad le hicieron dudar de que su “odómetro” avanzara mucho, así que comenzó a escribir, hizo 50 columnas de entrega semanal que publicó en ThePlain Dealer, principal periódico de Cleveland; las denominó “lecciones para las pequeñas vueltas que da la vida”, las cuales hoy están compiladas en su libro.
De acuerdo con la OMS, en 2020 fueron diagnosticadas 2.3 millones de mujeres con cáncer de mama y 685 mil murieron a causa de esa enfermedad. En México, este tipo de cáncer representa la segunda causa de muerte en mujeres. Cada año se detectan más de 20 mil nuevos casos; la cifra representa alrededor de 60 diagnósticos al día y se estima que ocasiona 6 mil muertes anuales.
Atrás queda aquel desafortunado y amenazante 1998, hoy Regina tiene 65 años y sigue ejerciendo el periodismo; sabe que “la forma en que Dios trabaja” siempre será un enigma. Por profundo que esté el pozo, por densa que sea la neblina, un halo divino siempre está a tu lado, asegura.
En el mes de sensibilización contra el cáncer de mama, el caso de Regina Brett tiene un mensaje esperanzador para quienes saben del problema, y de empatía y prevención para personas cuyo mal es, afortunadamente, solo una lejana referencia.