IMPULSO/ Agencia SUN
Ciudad de México
La depreciación del peso frente al dólar no se ha traducido en un aumento significativo de los precios ni ha afectado otras variables económicas internas, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De acuerdo con la dependencia, el régimen de tipo de cambio flexible permite amortiguar los choques externos, lo que ha permitido mantener las expectativas de inflación ancladas a los objetivos del Banco de México (3%, con una variabilidad de +/-1%).
Pese a que el dólar cerró en 20 pesos al menudeo, en ventanillas de Banamex, la SHCP detalló que la inflación continúa en mínimos históricos (2.73% a agosto de 2016).
“Una baja inflación ha permitido que el poder adquisitivo de las familias no se vea afectado, y por ende que los salarios crezcan a una mayor tasa que la inflación”, reveló.
Destacó que el mercado cambiario se ha ajustado de manera ordenada y con amplia liquidez, que con características necesarias para que se determine el tipo de cambio adecuadamente por el mercado.
Hacienda explicó que el fortalecimiento del dólar se debe principalmente a la expectativa sobre el alza de tasas por parte de la Fed, lo que implica que los rendimientos esperados en Estados Unidos sean mayores, y los capitales fluyan a esa economía.
El segundo factor que ha presionado al peso es la caída de los precios internacionales del petróleo, abundó la dependencia.
Además, el peso es la décima moneda más intercambiada a nivel global (2.2% de todas las transacciones en el mercado de divisas), y la segunda entre economías emergentes después del yuan chino, de acuerdo al Banco de Pagos Internacionales, por lo cual es utilizada por los inversionistas para hacer operaciones de cobertura (se utiliza el peso en lugar de otras monedas emergentes porque tiene mayor liquidez).
La SHCP informó que la depreciación del peso ha hecho que las exportaciones mexicanas sean más competitivas, que las remesas que reciben los mexicanos tengan un mayor poder adquisitivo y que los ingresos por turismo tengan un desempeño más favorable.
La depreciación del peso ha hecho que las exportaciones mexicanas sean más competitivas en el mercado internacional, y que las remesas que se reciben en México tengan un mayor poder adquisitivo. Asimismo, los ingresos que percibe el país por concepto de turismo tienen un desempeño más favorable.