- El incremento de personas afectadas es difícil de calcular pues si bien se registra 50% más de llamadas y consultas, un alto porcentaje no busca ayuda.
Se prevé que trastorno afectivo estacional, conocido como “depresión invernal”, se agudice en este diciembre, principalmente, en grupos de jóvenes y mujeres, quienes tienden a mantener sentimientos de tristeza, pesimismo, irritabilidad y desesperanza, que no deben pasarse por alto porque los pueden orillar a pensamientos de muerte o suicidio, alertó la responsable del Programa de Salud Mental del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), Rocío Padilla Quiroga.
La especialista explicó que el duelo que trajo consigo la pandemia de Covid-19, ya sea por la pérdida de seres queridos, el cambio de hábitos, carencia de contacto físico y hasta la falta de libertad por el confinamiento, generó daños en la salud mental “incalculables” en los todos los sectores de la sociedad.
Una muestra de ello, se observa en las consultas y llamadas para atender los problemas de depresión en los centros de salud, las cuales se acrecentaron más de 50%, aunque también es una realidad que muchas personas no buscan la ayuda profesional.
No obstante, indicó que existe una tendencia a que a finales de otoño y principios de invierno se presente la “depresión invernal” y son las mujeres las más propensas a adquirirla, así como los varones jóvenes.
La familia debe prestar atención a conductas que tengan los integrantes para descubrir si padecen este trastorno, que se caracteriza por una tristeza prolongada, perspectiva sombría, sentimientos de desesperanza, pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar.
La doctora Padilla explicó que no se sabe a ciencia cierta cuáles son las causas que provocan este trastorno, pero hay investigaciones que refieren un desequilibrio de serotonina, que es un neurotransmisor que está vinculado con el estado de ánimo, de ahí que las personas que lo padecen necesitan ayuda profesional.
De igual forma, dijo que este trastorno afectivo se relaciona con el hecho de que las personas producen más melatonina, que es una hormona relacionada con el sueño, así como con el decremento de la vitamina D, la cual se adquiere de tres fuentes: alimentos, suplementos alimenticios y de los rayos del sol. “Ésa es una de las razones, por las que aumenta la depresión en esta época, porque hay menos luz y por eso es recomendable mantener los hogares iluminados”.
Son las mujeres las más propensas a presentar “depresión invernal” , así como los varones jóvenes.
La especialista destacó que las familias deben prestar atención a conductas que tengan los integrantes para descubrir si padecen este trastorno, que se caracteriza por una tristeza prolongada, perspectiva sombría, sentimientos de desesperanza, pérdida de interés en actividades que antes solía disfrutar.
“A estas personas se les ve con poca energía, dificultad para dormir o duermen demasiado; también tienen deseos de comer carbohidratos, aumentan de peso y tienen pensamientos de muerte o suicidio”, enfatizó, tras recomendar que son las señales de alerta que se deben tener presentes.
Padilla Quiroga recordó que la tristeza no es un trastorno ni depresión, sin embargo, cuando es continua y persistente, se debe actuar y atender a esas personas que se mantienen días o semanas en estados que van de la depresión al suicidio.