Julio 16, 2024
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Alerta: contaminación en el valle de México

IMPULSO/Julio César Zúñiga Mares
Toluca

  • Si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (metano y CO2), tendremos peligrosos aumentos de temperatura para fines de este siglo.

Ante el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), según el cual la cantidad de CO2 en la atmósfera del Valle de México alcanzó un máximo histórico en 2016, mostrando el dióxido de carbono en niveles jamás vistos, el presidente de la Comisión Legislativa de Protección Ambiental y Cambio Climático del Congreso Local, Gerardo Pliego Santana, expresó: “El plazo fatal ya nos alcanzó, estamos ante una crisis de contaminación que ya amenaza la supervivencia de la especie humana”.

En su opinión, si no se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero (metano y CO2), nos dirigiremos a peligrosos aumentos de temperatura para fines de este siglo, pues, según especialistas, existe un gran aumento de metano en la atmósfera, la cantidad más alta registrada en los últimos 10 años.

Pliego Santana consideró que la contaminación por gases de efecto invernadero se debe en gran parte a la descomposición de la basura en tiraderos a cielo abierto, lo que contribuye a la elevación de la temperatura en el planeta. Explicó que el promedio de basura que genera cada habitante del Estado de México va de uno a 1.2 kilogramos por día, es decir, cada día generamos en total 17 mil toneladas, además de recibir arriba de ocho mil toneladas diarias de desechos sólidos que se generan en la Ciudad de México.

Estas cifras, dijo, nos ponen en un contexto alarmante de más de 25 mil toneladas diarias de basura que encuentran tres destinos en suelos de la entidad, la que es tratada y depositada en rellenos sanitarios de manera adecuada, la clasificada para seleccionar la que se recicla y la que sirve para materia orgánica utilizada como composta, y la que los ciudadanos y autoridades tiramos en barrancas, tiraderos clandestinos y quemamos al aire libre, lo que provoca un alto índice de contaminación.

Señaló que casi ocho mil toneladas de basura van diariamente a las barrancas, tiraderos clandestinos o son quemadas al aire libre, uno de los causantes del impacto ambiental en nuestra entidad, pues, con la descomposición de los residuos orgánicos, se produce biogás, que es una mezcla de gases producidos por las bacterias durante la descomposición de los residuos de materia orgánica. Dicho gas está compuesto principalmente por un 40 a 70% de metano, un 30 a 60 por ciento de dióxido de carbono y otros gases minoritarios como el hidrógeno, nitrógeno y sulfuro de hidrógeno, cinco a 10% del total.

Pliego Santana indicó que se tienen que implementar medidas drásticas aparte de la concientización, medidas que obliguen a los municipios, pero también a los ciudadanos, a clasificar su basura, al respecto, recordó que, en algunos países europeos, el ciudadano paga por cada kilo de basura que genera mediante dos esquemas: si la clasifica, remunera una determinada cantidad, y si no la clasifica, da una suma adicional.

Estimó pertinente que en la entidad se debe ser más duro en la aplicación de la norma a los municipios que no cumplen con su deber de recolectar y darle el tratamiento y disposición final a su basura, además de premiar a quienes lo hagan y sancionar a quienes no, pues, actualmente, el Estado de México sólo cuenta con 17 rellenos sanitarios y 17 sitios controlados en condiciones de operación de acuerdo a lo establecido en la NOM -083-SEMARNAT-2003.

“Lo que sí creo es que los municipios están tirando el dinero a la basura, es decir, los ayuntamientos están dejando de percibir o recuperar recursos a través de la clasificación y el reciclaje de la basura. La cantidad de PET y de metales, además del cartón y otros elementos reciclables, así como el gran porcentaje de basura orgánica, significa para un municipio que tiene una planta de clasificación que cada gramo de basura son recursos que ingresan a la Tesorería Municipal”, explicó.

Como botón de muestra, precisó que los plásticos los puede vender y obtener recursos no sólo para pagar al personal dedicado a la clasificación de la basura, sino también para comprar la maquinaria necesaria para optimizar el trabajo, mientras que la parte orgánica convertida en composta servirá para la fertilización de todas sus áreas verdes y para las plantas de ornato de jardines y camellones de las vialidades, con lo que se ahorraría una cantidad impresionante de recursos.

“Insisto, el Plazo fatal ya lo tenemos encima, hay que corregirlo y tomar medidas drásticas para solucionar lo que hemos dejado de hacer, hay que invertir en rellenos sanitarios tecnificados en los municipios. De seguir esta tendencia contaminante, las generaciones futuras heredarán un planeta mucho más inhóspito, y lo peor es que seguimos sin reaccionar”, concluyó.

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