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Ciudad de México
Alberto Manguel, ganador del Premio Internacional Alfonso Reyes, señaló en conferencia que la tarea del traductor “no es apreciada, por el contrario, se le menosprecia y se le denigra”.
El escritor bonarense Alberto Manguel, ganador del Premio Internacional Alfonso Reyes, impartió la conferencia “La otra escritura: elogio del traductor”, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
“Por lo general, la tarea del traductor no es apreciada, por el contrario, se le menosprecia y se le denigra. Los traductores son ajetreadas celestinas que hacen alarde de los insuperables encantos de cierta bella, se le oculta bajo un velo, provocan un irresistible deseo por ver el original”, dijo.
De visita en México Manguel, quien ha cultivado la novela, el cuento, el ensayo y ha ejercido el periodismo y la traducción literaria, indicó que cuando nos referimos a Alfonso Reyes pensamos en un gran ensayista, en un gran lector, pero para Manguel es sobre todo un gran traductor.
“Recordemos que traducción quiere decir llevar de un lugar a otro. Y a Reyes, trajo a la lengua castellana una riqueza enorme de literatura extranjera. Tenía ideas muy cabales, precisas, sobre lo que es la traducción”, sostuvo.
Manguel comparte con Alfonso Reyes la vocación de la poligrafía, la literatura y la traducción. Sobre el escritor, el autor de libros como “Noticias del extranjero”, indicó: “Alfonso Reyes apuntó que en el campo de la traducción es arriesgado hacer afirmaciones generales. Sin embargo, me arriesgo a proponer que traducción es el nombre que usamos para designar el acto más íntimo de la lectura, toda lectura es traducción. El pasaje de la visión formal del universo a una forma particular de sentirlo o percibirlo, de una representación del mundo texto en letras escritas, a otra en letras vistas y oídas”, dijo.
El escritor aseguró que los problemas de la traducción no son disímiles de los de la creación literaria original.