IMPULSO/Ángel Ávila Romero
Artículo
El Partido de la Revolución Democrática tiene 29 años de existencia y, en este periodo, su influencia, aportación e importancia en la construcción de la vida democrática de México es innegable. Las características del país en que nace el PRD en 1989 son por mucho distintas al México de 2018, al de las elecciones organizadas por el INE, al país que posee una Constitución de corte humanista, al México de los “millennials”. Nuestro partido se constituye en el marco del dominio del partido único (PRI), del Estado autoritario, con la inexistencia de instituciones electorales ciudadanas, transparentes e independientes; en congruencia, como organización política, sus tareas inmediatas se enfocaron a la búsqueda de la reducción del poder presidencial, el autoritarismo, impulsando la creación de instituciones electorales ciudadanizadas, la ampliación, defensa y reconocimiento de los derechos humanos, la construcción de un régimen democrático, la implementación de instrumentos de transparencia y acceso a la información, el impulso a la educación y el mejoramiento de las instituciones de seguridad social entre otras.
En 1997 obtiene su primer gobierno en la Ciudad de México y gana también la mayoría en la Asamblea Legislativa, lo que permitirá para 2007 aprobar la interrupción legal del embarazo (ILE) como un derecho humano que permitirá a las mujeres decidir sobre su cuerpo, antes de ello en la CDMX 6 de cada 10 mujeres que interrumpían su embarazo morían, 176 mil 109 interrupciones legales se han realizado hasta julio de 2017, un promedio de 17 mil 600 al año, garantizando no solo el derecho a decidir de las ciudadanas, sino también protegiendo su vida. El mismo año la Ley de Voluntad Anticipada es aprobada, abriendo paso al derecho de las personas en situaciones delicadas de salud o en situación terminal a decidir u optar por una muerte con dignidad y respeto.
En 2009, después de una larga lucha legislativa, se logra la reforma al artículo 146 del Código Civil del Distrito Federal y se materializa el matrimonio igualitario, por primera vez esta figura es concebida con un enfoque pro-persona permitiendo superar la limitante sexuada que prevalecía en la norma, otorgando así los derechos y obligaciones inherentes a toda persona sin discriminación de raza, credo, preferencia sexual, o situación económica; hasta mayo de 2017 en la Ciudad se han celebrado 8 mil 639 matrimonios entre personas del mismo sexo; nuestra agenda será desde entonces una constante en la vida de este país, la reducción de compensaciones al salario de los altos funcionarios, la profesionalización de las policías, la eliminación del fuero, el combate a la corrupción, así como la revocación de mandato, los gobiernos de coalición, el mínimo vital, el ingreso básico universal y la creación de la ley para legalizar la producción, venta y distribución de marihuana han sido temas que nuestro partido ha puesto en la mesa y muchos de los cuales seguiremos impulsando, sin pasar por alto que una nueva era de derechos se aproxima, la innovación tecnológica y las tecnologías de la información que están transformando nuestra realidad, implicando nuevas formas de relaciones y con ello el surgimiento de nuevos fenómenos sociales.
El 2018 el fin de un ciclo que no se entendería sin en el recuento histórico de la participación de mujeres y hombres en las filas del Partido de la Revolución Democrática que construyeron y lucharon para alcanzar un México de instituciones, con libertad, pero sobre todo con la madurez para seguir hacia adelante unidos frente a la adversidad. El PRD no solo estará presente en el siguiente período, también seguirá siendo clave para el impulso, sostenimiento, defensa y consolidación de las conquistas hasta hoy logradas, nuestra agenda estará a la altura de los nuevos retos y si de algo estamos ciertos es de que seguiremos construyendo una Patria para todos.