Por: Ana L. Chávez Flores.
Cautelosos y portando sus cubrebocas en todo momento, los toluqueños van recuperando poco a poco los espacios públicos de la capital mexiquense. Conscientes de que el uso de este accesorio, el cuidado de la sana distancia y el uso recurrente del lavado de manos, son prácticas que pueden marcar la diferencia entre conservar la vida o perderla, los transeúntes muestran que, a pesar de los indicadores oficiales, la guardia aún no se puede bajar.
A cuatro semanas de que el gobernador Alfredo del Mazo anunciara el paso a semáforo epidemiológico verde, los habitantes de la capital mexiquense van retoman paulatinamente sus actividades cotidianas, después de un año y ocho meses de contingencia sanitaria derivada del COVID19.
Fotos: Pepe González.
En este tránsito, muchos perdimos familiares, amigos, compañeros de trabajo o atestiguamos el deceso de figuras públicas que, sin haber conocido, forman parte de la historia colectiva de nuestra sociedad. Sin embargo, la sabiduría popular pregona que “la vida debe continuar”; así pues, con las medidas sanitarias que desde hace más de año y medio se promueven para evitar el contagio, los capitalinos dan ejemplo de entereza y responsabilidad social.
La lección ha sido dolorosa, pero como sociedad hemos aprendido a tener conciencia del cuidado de nuestra salud y la de quienes nos rodean. Si bien es cierto que se presentaron casos reprochables, por actos de irresponsabilidad social, muchos otros entienden que el uso habitual del cubrebocas y la sana distancia se han incorporado a nuestro estilo de vida habitual, por el bien nuestro y de quienes amamos.