Impulso/ Agencia SUN
Costa Rica
Una inesperada crisis migratoria surgió en el puesto fronterizo de Paso Canoas, entre Costa Rica y Panamá, pero ahora los protagonistas no son cubanos, haitianos, africanos o asiáticos que, sin visas, pretenden viajar por Centroamérica y México hacia Estados Unidos, sino que se trata de migrantes irregulares venezolanos que, empujados por la crisis política y socioeconómica de Venezuela, salieron de su país natal y viven y laboran ilegalmente en suelo panameño.
El problema estalló la semana pasada porque Panamá exige que los venezolanos que viven en ese país como migrantes todavía con rango de turistas o en otra situación irregular, salgan cada seis meses de suelo panameño, permanezcan al menos 72 horas en el exterior y regresen para iniciar un nuevo periodo de 180 días. Como acostumbran hacerlo al cumplir ese plazo, un gran número de venezolanos salió desde finales de febrero pasado e inicios de este mes de Panamá hacia Costa Rica con la intención de retornar, pero las autoridades migratorias panameñas levantaron un muro invisible con requisitos legales e impidieron su reingreso.
El Servicio de Migración de Panamá informó en un comunicado que el puesto de control fronterizo en Paso Canoas “rechazó el ingreso al país de unos 89 extranjeros”, por incumplir con las regulaciones legales panameñas. De esa cifra, 77 son venezolanos y el resto son cinco hondureños, tres salvadoreños, dos nicaragüenses y “en menor” número europeos, precisó.
El periódico “El Panamá América”, de la capital panameña, publicó el sábado anterior que el viernes había al menos 120 venezolanos, “unos 50 más” que el jueves, por lo que “se estima que la cifra aumentará a medida que transcurran los días”.
La ley, aseguró el informe oficial, “establece el requisito de entrevista por parte de las autoridades competentes al momento de la entrada o salida del extranjero, a que sus datos y registros biométricos sean validados in situ”.
“Son causales de no ingreso al territorio nacional para un extranjero: no pasar la entrevista que realiza el inspector migratorio en la ventanilla de atención, no brindar la dirección exacta donde se hospedarán, manifestar que están laborando sin contar con permiso de trabajo. De igual forma no tener solvencia económica, carecer del boleto de regreso a su país de origen y presentar pasaporte deteriorado; son otras de las irregularidades para aplicar esta medida”, alegó.
Citado por el rotativo panameño, el venezolano Carlos Eduardo González, retenido en Paso Canoas desde principios de este mes, dijo que la actitud de las autoridades migratorias panameñas es “lamentable” por negarles la entrada y sin explicar las causas del rechazo. “Somos víctimas del maltrato que recibimos de algunos funcionarios de Migración en Paso Canoas, quienes se dirigen de forma despectiva hacia los venezolanos”, afirmó González.
Por su parte, Norberto Quintero, originario de Venezuela y también varado en el paso limítrofe, declaró al periódico que el problema podría provocar “una crisis humanitaria”, porque a los venezolanos que a los que Panamá les impide ingresar se les está acabando el dinero para pagar la alimentación y el hospedaje en Costa Rica.
Aunque los líos se fueron agravando progresivamente en los últimos cinco años, Paso Canoas se convirtió a partir de noviembre de 2015 en punto de crisis regional con migrantes irregulares que buscan transitar por Centroamérica y México en ruta a EU, primero con cubanos procedentes de Ecuador y Colombia y luego con haitianos, africanos y asiáticos que provienen de Brasil y de otras naciones sudamericanas.
Datos en aumento. Estadísticas del Servicio mostraron que Panamá se convirtió en un masivo destino para los venezolanos que huyen de los conflictos en Venezuela. De acuerdo con datos oficiales, de 235 mil 553 extranjeros que ingresaron a Panamá en enero de 2017, un total de 37 mil 977, que es más del 16.1%, son venezolanos, solo precedidos por estadounidenses, con 41 mil 430, equivalente al 17.6%.
Las personas oriundas de Venezuela encabezaron la cantidad de permisos de residencia otorgados por Panamá en enero de 2017, con 335 aprobadas y 155 negadas, para un total de 490 tramitadas. Con solicitantes de ciudadanos de los cinco continentes, Panamá entregó mil 608 y rechazó 383 en enero pasado.
De 101 mil 786 permisos de residencia que Panamá otorgó de 2010 a 2016, un total de 19 mil 789 fueron concedidos a venezolanos, que están en el segundo lugar por países y solo superados por los colombianos, con 21 mil 501, según las estadísticas. Sin embargo, los venezolanos ocuparon el primer puesto en 2016, con 4 mil 615, pero en los últimos tres años empezaron a superar a los colombianos, con 3 mil 171 en 2014 y 6 mil 501 en 2015.