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Impuesto a refrescos redujo su consumo entre mexicanos: Health Affairs

IMPULSO/ Edición Web
Ciudad de México
El Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) de 10% sobre los refrescos y demás bebidas azucaradas está cumpliendo con su objetivo de reducir el consumo de estos productos en el país: en 2014, el primer año de su implementación, los hogares mexicanos redujeron en 5.5% sus compras de refrescos, y en 2015 continuó la reducción con 9.7%.
El IEPS tuvo más efectos entre las clases más humildes del país, cuya compra de refrescos disminuyó en 9% en 2014 y 14.3% el año siguiente, revela un estudio científico elaborado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y de la Universidad de Carolina del Norte y publicado hoy en la revista Health Affairs.

Los expertos adelantaron una posible reacción adversa de la industria refresquera respecto de su estudio, ya que las empresas productoras y distribuidoras de bebidas azucaradas se oponen con firmeza a este impuesto que fue implementado por primera vez en México en 2014, y está por convertirse en un ejemplo a escala internacional.
“Los resultados de nuestro estudio contradicen los informes de la industria (refresquera) sobre un declive en los efectos del impuesto después del primer año de su implementación”, sostuvieron los expertos en el documento.

El reporte también destaca que los hogares mexicanos modificaron su modelo de consumo y, ante el incremento de los precios de los refrescos, incrementaron sus compras de bebidas no sometidas al IEPS, es decir, sin azúcares añadidos.

Y plantea que los efectos del impuesto en el consumo de refrescos podrían ser mayores a largo plazo que en los primeros años de su implementación, tal y como es el caso en los incrementos de los precios del tabaco, el alcohol y las drogas ilícitas.

Los científicos reconocen que pueden existir otros factores que expliquen esta reducción de las compras de refrescos, entre ellos la mayor sensibilidad de la población mexicana de que el exceso de bebidas azucaradas es dañino para la salud e incrementa los riesgos de padecer sobrepeso, obesidad y diabetes.

El estudio recuerda que la población mexicana consume demasiados azucares añadidos, el 70% de los cuales proviene de los refrescos. “Estas bebidas son, en consecuencia, un objetivo lógico para disminuir la ingesta de azucares añadidos”, subraya.

Preocupación
El 17 de agosto pasado, José Antonio Fernández Carvajal, presidente de Fomento Económico Mexicano (Femsa), la segunda mayor embotelladora de Coca Cola en el mundo, minimizó los impactos del impuesto sobre la industria e incluso hizo bromas de la medida recaudatoria.

En una ponencia ante el Foro Estrategia Banorte expuso: “Aprendimos que los precios de nuestros productos estaban demasiado bajos, porque ponen este impuesto y al año que sigue la demanda aumenta 16%; estábamos muy mal, estamos dejando dinero en la mesa”. Pero detrás de este tono burlón se esconde una verdadera preocupación en la industria refresquera mexicana.

El gobierno mexicano incluso intentó infectar los celulares de dos activistas –Alejandro Calvillo y Luis Encarnación– y de un científico del INSP –Simón Barquera– con el programa espía Pegasus, en plena campaña para incrementar el IEPS sobre refrescos de 10 a 20%.

Calvillo es director de la organización El Poder del Consumidor, la cual denuncia regularmente las colusiones entre las industrias refresquera y de la comida chatarra con el gobierno federal, y Luis Encarnación funge como director general de la coalición ContraPESO, desde la cual más de 40 organizaciones promueven políticas de combate a la obesidad.

Los activistas sospechan que estas tentativas de ciberespionaje gubernamental fueron impulsadas por la industria refresquera a través de “aliados” en la administración federal. “El gobierno compró (Pegasus), la industria lo usó”, acusó Castillo el pasado 13 de febrero.

FUENTE: PROCESO

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