IMPULSO/ Luis Ayala
Texcoco
Las elecciones estales son una excelente coyuntura para influir en las decisiones de las autoridades y que bajen el precio de la caseta, señaló el economista Brasil Acosta ante el reciente aumento de la autopista Peñón-Texcoco, que pasó de 42 a 44 pesos.
El texcocano y también catedrático de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) expuso que el aumento de la caseta se dio en un ambiente de descontento social “¿Y para qué?, ¿para darle mantenimiento?, ¿para abrir más carriles para el nuevo aeropuerto, poniendo sobre las espaldas de los usuarios la carga de su construcción?, tal parece que la única explicación es el afán de lucro”.
Agregó que, “en este contexto, es evidente que el Gobierno municipal no cuenta con un plan maestro que guíe los destinos de Texcoco ante las imposiciones de los empresarios y la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), por lo que Texcoco corre el riesgo de convertirse en una especie de Santa Fe rezagado en las colinas y sin beneficios por la mega obra“.
Explicó que el costo vuelve a caer sobre las espadas de los texcocanos, otro duro golpe sin que veamos acciones, salvo de algunos grupos independientes; en este sentido, dijo: “Aprovechemos que hay elecciones este año y comprometamos a los políticos, del partido que sean y que quieran ser gobernadores del Estado de México, a que bajen el precio del peaje de la autopista Peñón-Texcoco y lo asienten como compromiso por escrito”.
Brasil Acosta explicó que, en 2013, durante su periodo como diputado federal, recabó más de siete mil firmas y acudió a varias oficinas para solicitar la reducción del peaje a la empresa Opervite S.A. de C.V. “Uno de los dueños de Opervite me dijo que no se podía bajar el precio del peaje porque esa pista estaba ‘bursatilizada’, después de la crisis de 1995, los préstamos solicitados para su construcción se duplicaron y, por lo mismo, hasta ese entonces (2013), se tenía todavía la deuda del costo inicial de la pista”.