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Toluca
Jeanette Vizguerra, una inmigrante mexicana indocumentada en Estados Unidos, está refugiada en una iglesia de Denver, a punto de ser deportada luego que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) denegó extender una disposición conocida como stay, que había suspendido temporalmente la orden de deportación que desde 2011 pesa sobre la mujer de 45 años que ha estado involucrada en la lucha por los derechos de inmigrantes y trabajadores.
Vizguerra llegó a Estados Unidos hace casi dos décadas. Junto a su esposo decidió abandonar la Ciudad de México luego de que él fue asaltado en tres ocasiones a punta de pistola mientras trabajaba como chofer. Llegaron a Denver, Colorado, en 1997 con una hija de siete años en los brazos.
Su historia de complicó en 2009, cuando fue arrestada por una infracción de tránsito. En ese entonces, los indocumentados no podían obtener una licencia de conducir en ese estado y a Vizguerra también le encontraron una aplicación de trabajo en la que había escrito un número de Seguro Social inexistente. Eso le costó el inicio de un proceso que derivó en una orden de deportación en 2011, durante el gobierno del ex presidente Barack Obama, catalogado por algunos como el ‘deportador en jefe’.
“Mientras estaba apelando esa orden, en 2012 le avisaron que su mamá se estaba muriendo, que tenía cáncer y pocos días de vivir. Ella decidió regresar a México para estar con su mamá en sus últimos momentos. Tristemente no logró llegar porque ella estaba en el avión cuando su mamá murió“, contó Anna Duncan, organizadora de la campaña ‘Nos mantenemos unidas’ de la Alianza Nacional de Trabajadoras del Hogar, grupo en el que conoció de cerca a Vizguerra.
Tras la muerte de su madre, Vizguerra intentó hacer una vida en México y de reunir dinero para buscar a sus hijos. Pero una precaria situación económica la llevó a volver al país del norte cruzando el desierto, donde fue arrestada por la Patrulla Fronteriza, relató Duncan. En medio de una fuerte presión de residentes de Denver que la conocían, fue liberada y se le suspendió temporalmente su orden de deportación.
La más reciente suspensión temporal venció el 7 de febrero y no fue renovada por ICE, por lo que la mujer decidió refugiarse en la iglesia, una de las 400 congregaciones que se han sumado al movimiento de los lugares santuario según datos del reverendo Noel Anderson, del World Church Movement, citado por The Washington Post.
Permanecerá allí hasta que obtenga las garantías de que no será deportada o le sea concedida la visa U que solicitó por ser víctima de violencia doméstica. Otra salida para Vizguerra podría ser la aprobación de un proyecto de ley presentado en la Cámara de Representantes para que se le otorgue la residencia permanente.
El abogado de Vizguerra, Hans Mayer, quien ha abordado su caso en los últimos cuatro años, describió la decisión de ICE de no renovar la suspensión a su orden de deportación como “repulsiva”.
Con información de Univisión