IMPULSO/ Ángel Díaz del Río
Renuncias
Cómo no hacer conjeturas de un hecho que modificará en mucho la campaña de Alfredo del Mazo, creo que es inevitable. Ayer, cuando nos enteramos del suceso, ya se había escrito el comentario del día, así que lo dejamos para hoy.
Primero, quizás sea lo más importante, es el mensaje de apoyo que manda el gobernador Eruviel Ávila Villegas. No es menor, se trata de dos de sus más importantes asesores, consejeros y operadores: Erasto Martínez Rojas y Carlos Aguilar Cano. Durante su campaña política, hace seis años, justo ellos eran los que tomaban las decisiones junto con Raymundo Martínez Carbajal, el otro operador, que ya también está en el PRI.
El Gobernador no quiere dejar cabos sueltos en una campaña en la que el PRI se juega no sólo la Gubernatura del Estado de México, sino quizás la Presidencia de la República para 2018. Perder el Estado de México significaría que en lo sucesivo caerían como en cascada las demás gubernaturas, sería el principio del fin de este partido y, para el país, entrar en una era de caos porque, aunque los opositores al Tricolor no lo quieran reconocer, su presencia ganadora en el ámbito político representa gobernabilidad, paz social y tranquilidad [sic.]. Su ausencia en las áreas de decisión traería consecuencias nefastas.
Entendiendo esto, el Gobernador mexiquense mandó a su tercia de ases para garantizar el triunfo de Alfredo del Mazo, y no porque la gente que rodea al precandidato no tenga experiencia o no conozca de las lides electorales, no, se trata de garantizar el triunfo y eso sólo puede hacerse con las personas adecuadas en el momento conveniente.
Eruviel Ávila Villegas se juega en esta elección su futuro político; ganar a como dé lugar, así sea de manera contundente o por pocos votos, no importa, lo único que realmente importa es el triunfo, aunque si es de manera amplia, sería lo ideal para evitar que se judicialice el resultado.
Si las cosas resultan así, Eruviel Ávila Villegas se colocará en primerísimo lugar para la sucesión presidencial y sólo una circunstancia especial le impediría convertirse en el candidato a la Presidencia por el PRI y sus aliados.
Así, de ese tamaño es la importancia de lo que está en juego en el Estado de México. Por eso no quiere tener problemas, mejor asegurar la victoria con gente de su entera confianza, que, además, ya está probada en estas lides y dio muy buenos resultados.
Durante la campaña político-electoral que resultó en el triunfo de Ávila Villegas, Raymundo Martínez Carbajal era el brazo político, el concertador, el coordinador de todos los detalles con los diferentes grupos políticos, era el que cuidaba las estrategias con las bases, que al final dieron buenos dividendos.
Erasto Martínez Rojas cuidaba escrupulosamente el manejo de los recursos y estaba siempre atento a las necesidades de la estructura para que no se detuviera nada.
Finalmente, Carlos Aguilar Cano era el genio de la propaganda, junto con su equipo de trabajo, diseño y orquestó una campaña sólida, innovadora y además se daba tiempo para atender a los medios de comunicación.
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Trascendió ayer que, por fin, Josefina Vázquez Mota decidió participar en el proceso interno para elegir al candidato dentro del Partido Acción Nacional. El presidente municipal de Naucalpan, Édgar Olvera Higuera, subió a sus redes sociales una fotografía en la que aparece la ex candidata presidencial junto al Alcalde naucalpense y a los presidentes municipales de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, y de Atizapán, Ana María Balderas Trejo.
Hay que esperar a ver qué dicen los demás aspirantes, que no le dejarán el camino de la manera más sencilla, antes, deberán negociar y eso va a ser doloroso para el partido y quizás resulte dividido. José Luis Durán lleva ya varios meses en campaña, Juan Carlos Núñez Armas y Juan Rodolfo Sánchez Gómez no dan mucho color, pero han sostenido reuniones con grupos panistas. El único que está callado, sospechosamente callado, es Ulises Ramírez Núñez, quizás esté esperando a que Josefina se registre para tomar una decisión al respecto. Pero su silencio no presagia nada bueno para el partido donde hay un fuerte tufo a división interna. Si Ulises decide no participar, esas mediciones que han dado a conocer en las últimas encuestas se van a ir por los suelos.
