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San Juan
El nuevo gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, anunció la puesta en marcha de una iniciativa para que la isla deje de ser un Estado Libre Asociado a EE. UU. y se incorpore a ese país plenamente.
Para someterlo a aprobación democrática propuso celebrar un referéndum en el que se pregunte a los electores si prefieren que Puerto Rico se convierta en estado de Estados Unidos o si la isla mantiene la independencia.
Durante la ceremonia que lo convirtió en jefe del Ejecutivo para los próximos 4 años, Rosselló adelantó que buscará a la representante -sin voto- de Puerto Rico ante el Congreso estadounidense para viajar a Washington, con el objetivo de iniciar la gestiones para poner fin al actual estatus de las isla.
“La crisis está relacionada directamente con el colapso de la colonia“, dijo Rosselló en las primeras palabras del discurso que pronunció tras convertirse en el nuevo gobernador de la isla. A su juicio, todos los problemas de Puerto Rico están relacionados con su estatus territorial.
Durante la campaña electoral, el nuevo gobernador había dejado claro que de salir elegido pondría en marcha todos los mecanismos posibles para acabar con un estatus actual que él y su partido consideran colonial. “Estados Unidos no puede ser modelo de democracia en el mundo cuando discrimina a 3,5 millones de sus ciudadanos“, dijo Rosselló sobre el Estado Libre Asociado de Puerto Rico, que cuenta con Legislativo y una constitución propia desde 1952 que le permite cierto grado de autonomía, aunque supeditado a Washington en fronteras, relaciones diplomáticas o defensa.
Los puertorriqueños que viven en la isla no pueden votar por el presidente de Estados Unidos, aunque sí en el caso de que residan en territorio continental. “No se podrá solucionar la crisis sin solucionar la situación política”, subrayó enérgicamente Rosselló, para quien el asunto quedó, a su juicio, claro en 2012, cuando con motivo de las elecciones generales se preguntó además a los puertorriqueños sobre el estatus político de la isla.
En esa consulta se hicieron dos preguntas: en la primera el 54 por ciento de la población dijo no estar de acuerdo con el actual estatus, y en la segunda el 61,1 por ciento abogó por la anexión, el 33,3 por ciento por el Estado Libre Asociado Soberano (una variante poco definida del actual estatus) y tan solo el 5,5 por ciento por la independencia.
Con información de Deutsche Welle