Noviembre 24, 2024
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Reflexiones de una ciudadana común
Cecilia Lavalle/CIMAC
Soy una ciudadana común, común como las miles que no estamos cómodas con la incompleta ciudadanía que tenemos. Común como las cientos que trabajamos en distintos ámbitos para que todas las mujeres gocen y ejerzan una ciudadanía plena. Y desde mi común ciudadanía hoy quiero aplaudir de pie a otra ciudadana común y ejemplar.

Hace casi 20 años, la teoría feminista me permitió comprender el sinsentido que implica que a las mujeres, sólo por nacer mujeres, se nos suprima o se nos regateen los espacios de poder. Y elegí la acción para cambiar y no la abnegación para soportar.

En esa ruta he conocido y admirado a varias ciudadanas. Una de ellas, María del Carmen Alanís Figueroa, recién termina su gestión al frente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

Cuando en la década de los 70 se apostaba a que mientras más mujeres entraran al poder más pronto se cambiaría la condición y posición social de las mujeres, la realidad de los 90 demostraba ya que ni era tan fácil, ni era tan simple.

Entonces el debate fue (es): ¿sólo más mujeres o sólo mujeres feministas? Mi postura es: más mujeres. Punto. Porque defiendo el Derecho Humano de las mujeres a la mitad del poder. Pero en el camino apoyaré y reconoceré a las mujeres que hagan realidad el sueño feminista de la igualdad.

La inteligencia, trabajo, talento argumentativo, mirada estratégica, capacidad para forjar alianzas, firmeza, aunado al compromiso y entrega de María del Carmen Alanis mostraron, una vez más, que mujeres comprometidas con la igualdad cambian la historia de muchas mujeres.

Fue magistrada del TEPJF 10 años, de los cuales, cinco fue la presidenta. Y en esa década fue la única mujer entre seis hombres. Remar contracorriente seguro fue la constante más que la excepción. Pudo formar un gran equipo de trabajo. Lo ha reconocido siempre.

Y también ha reconocido el importante papel que para construir paridad ha jugado la Red Nacional Mujeres en Plural, a la que pertenecemos. Pero esos ingredientes, sin su particular claridad, persistencia y resistencia no hubieran dado los resultados que hoy tenemos.

¿Y qué tenemos?, en materia de derechos políticos, tenemos los avances más significativos en seis décadas. Tenemos un nuevo horizonte y una nueva página en cuyo encabezado se lee: Paridad.

La contribución de María del Carmen Alanís fue esencial para comenzar a escribir esa página y deja buenos cimientos para seguir escribiendo.

Por si eso fuera poco, dejó abierta la puerta para prevenir, sancionar y erradicar la violencia política contra las mujeres. Siempre ha existido, pero ella fue fundamental para conceptualizarla y unir fuerzas institucionales para empezar a poner diques al respecto.

Dos mujeres conforman hoy la Sala Superior del TEPJF: Janine Otalora Malassis y Mónica Soto Fregoso. Y sin duda escribiremos más páginas de paridad, pues ambas están comprometidas con la igualdad. Pero ya hay ruta marcada. Y eso es mérito de María del Carmen Alanis.

Por eso, ahora que terminó su gestión como Magistrada, deseo hacerle un profundo reconocimiento. Mi ciudadanía, mi común ciudadanía, luce esperanzadoramente maravillosa en buena medida gracias a su trabajo. De modo que: Aplaudo de pie largamente.

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